El año pasado, las organizaciones criminales “ganaron” 820 millones de dólares moviendo migrantes por la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, y por la que este año ya han cruzado 54.547 personas rumbo al norte, según anunciaron este lunes las autoridades panameñas.
El Ministerio de Seguridad de Panamá informó a través de un comunicado, y en palabras del ministro de esa cartera, Juan Manuel Pino, que “solo el año pasado, las organizaciones criminales que movilizan a los migrantes por la espesa selva de Darién ganaron una cifra aproximada de 820 millones de dólares”.
Tanto Pino como las autoridades panameñas han señalado en diversas ocasiones que las organizaciones criminales como el Clan del Golfo están lucrándose de este éxodo migratorio, compuesto mayormente por suramericanos que buscan llegar a Norteamérica para alcanzar mejores condiciones de vida.
Solo en lo que va de 2024, unos 54.547 migrantes ya han cruzado esa peligrosa selva, siendo la mayoría de Venezuela, Ecuador, Haití, China y Colombia, según el comunicado difundido.
“Para nosotros es un reto en materia de migración, ya que se combinan dos aspectos, la parte humanitaria y la parte de seguridad nacional, porque atrás de la migración está el crimen organizado”, explicó el ministro Pino.
Para este año se prevé un alza de migrantes en tránsito por el Darién de hasta en un 20 %, después de que el año pasado se registrara la cifra récord de más de 520.000 viajeros, según previsiones de las autoridades migratorias panameñas a inicios de febrero.
Ante ello, Pino recalcó este lunes que “para este 2024, por las entradas que estamos teniendo, perfilamos que la cantidad de migrantes irregulares será superior al 2023”.
Para “contrarrestar este accionar”, los estamentos de seguridad de Panamá han reforzado una campaña – que comenzó en diciembre de 2023 y fue prolonga hasta el próximo julio- con más “efectivos terrestres, navales y aéreos que generen un bloqueo superior en la frontera con Colombia”, según la información oficial.
La semana pasada, al menos cinco migrantes afganos, entre ellos un menor, fallecieron al naufragar en el Caribe la embarcación de 27 pasajeros -afganos y venezolanos-, en la que viajaban para evitar cruzar el Darién. Los rescatistas hallaron cuerpos sin vida “encallados” en una zona rocosa.
Las autoridades denunciaron que esa precaria lancha de madera era navegada “por criminales de manera temeraria” en una zona muy compleja para su navegación “debido a los fuertes oleajes” en un día de mal tiempo.
“Es reprochable la indiferencia ante estos hechos, porque era una lancha conducida por coyotes que se dedican a este flagelo y exponen las vidas de los migrantes. Nosotros todavía estamos en el rescate de los cuerpos, ya que hay mal tiempo y es riesgoso llegar hasta la zona”, enfatizó el líder de la cartera de Seguridad.
Y concluyó: “Darién no es una ruta, es una zona protegida, un pulmón del hemisferio occidental. Es una selva peligrosa en donde usted para pasarla va a exponer su vida”.
EFE