Torturas, hambre y tatuajes quemados: el drama de los 7 mil civiles ucranianos secuestrados por Rusia

Torturas, hambre y tatuajes quemados: el drama de los 7 mil civiles ucranianos secuestrados por Rusia

Solo 2 o 3 civiles secuestrados son puestos en libertad en cada intercambio de priosioneros

 

 

 

Dos años pasaron de aquel 24 de febrero de 2022, cuando Rusia decidió comenzar su invasión a Ucrania tras meses de tensiones. Lejos de tener éxito en su avanzada, el Kremlin insiste con sus métodos ilegales, persiguiendo políticamente a referentes, anexando zonas ocupadas y secuestrando ciudadanos, quienes pasan sus días bajo condiciones inhumanas: torturas, hambre y hasta tatuajes quemados, práctica en la que pretenden borrar algo que es mucho más profundo que una marca en la piel.

Rocío da Costa 

Una de las cifras más preocupantes de la guerra en Ucrania es el número de civiles detenidos en los territorios ocupados de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporizhzhia. Según las estimaciones, hay más de 7 mil presos de este tipo, algunos de ellos están privados de su libertad desde que comenzó la escalada.

Al respecto, en un diálogo con Infobae, Mikhail Savva, miembro del Consejo de Expertos para las Libertades Civiles de la organización Prisioner’s Voice, explicó que “estas personas no son prisioneros de guerra, pero están encarceladas indefinidamente”.

“A éstos ni siquiera se les permite ver a abogados rusos que intentan ayudarlos. Como no hay causa penal, no hacen falta abogados”, enfatizó Savva.

Antes de precisar las condiciones en las que permanecen los civiles secuestrados, indicó que “constituyen una violación del derecho internacional humanitario”. “Comenzaré diciendo que estas personas son sometidas a torturas”, relató al mencionar el informe de una misión de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) que precisa que el 90 por ciento de las personas que fueron liberadas contaron que habían sufrido torturas.

“En la mayoría de los casos, se las golpea, les dan descargas eléctricas para infligirles dolor y les queman los tatuajes”, reveló. Sobre la última práctica, agregó que, “si una persona tiene un tatuaje, por ejemplo, el tridente —escudo de Ucrania—, le aplican un líquido al que prenden fuego y el tatuaje se quema junto con la piel”, pero eso para ellos es mucho más que una simple marca en la piel: es su patria.

Por otro lado, mencionó que los civiles son recluidos en condiciones carcelarias: están en sus celdas 23 horas al día y, en el mejor de los casos, tienen una hora de paseo. “Esto es pésimo, ya que la gente puede sufrir dos tipos de deficiencias: la de oxígeno, por la cual sufre el sistema inmunológico, y la sensorial que afecta negativamente la salud mental”.

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