Desde hace 4 años, los comedores de la Universidad de Los Andes (ULA) en el núcleo Mérida, dejaron de prestar servicio de alimentación a la comunidad estudiantil.
Por Jesús Quintero / Corresponsalía lapatilla.com
En la actualidad, comer en la calle diariamente es un gusto que muy pocos estudiantes ulandinos se pueden dar. El costo de un menú popular puede variar entre 3 y 5 dólares, lo que es prácticamente inaccesible para un cursante de pregrado que, además, debe costear otros gastos como transporte, residencia y comprar materiales propios de la carrera de estudio.
Algunos años atrás, miles de estudiantes eran atendidos en los comedores del Núcleo Universitario Liria, Núcleo Universitario La Hechicera y el comedor, ubicado en el antiguo Ciclo Básico en Los Chorros de Milla de la capital merideña, donde recibían la bandeja del almuerzo al mediodía, y al caer la noche, la cena.
Las colas para ingresar a las instalaciones eran largas, pero la necesidad los obligaba a esperar pacientemente el turno respectivo.
El comedor universitario representaba un importante servicio para los estudiantes tanto de pregrado, como postgrado, y también se beneficiaba el personal administrativo, técnico y obrero que no tenía la capacidad económica para costear diariamente almuerzos y cenas en la calle, pues en su mayoría viven residenciados en la ciudad de Mérida.
El personal que labora en esta dependencia dejó de prestar servicio en marzo de 2020 cuando por la pandemia del Covid-19 se declaró la cuarentena en Venezuela.
Mario López, estudiante de la ULA, denunció a través de material audiovisual las condiciones en las que se encuentran estos espacios dentro de la casa de estudios.
Desde entonces, los espacios se encuentran abandonados y han sido desvalijados por delincuentes que aprovecharon la ausencia de vigilancia para cargar con los pocos artefactos que quedaban en las áreas de cocina, así como desmantelamiento de los tableros de electricidad del recinto.
Los comedores de la ULA cuando estuvieron activos, en ocasiones no había despacho de menú a la comunidad universitaria por varios motivos, entre ellos porque la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu) no enviaba los productos cárnicos y demás insumos para la dieta de los estudiantes.También fallaba el gas doméstico y se paralizada el servicio de cocina.
En múltiples oportunidades los propios estudiantes han tomado acciones de protesta de calle para visibilizar la problemática existente y ejercer presión ante las autoridades y lograr soluciones inmediatas.