El primer caso de desaparición forzada, que ya lleva nueve años, es el de Luis Alcedo Mora Márquez, mejor conocido como Batería, un dirigente de la vieja izquierda venezolana, a quien sus amigos y familiares describen como rebelde, honesto y crítico. Aquel 27 de febrero 2015, se conmemoraba cinco años de la Masacre de Onia y 26 del Caracazo. Ese día desapareció. Dos días después también lo hacen dos amigos suyos, Eliécer y Jesús Esneider Vergel Prado. Las autoridades venezolanas no han tenido interés en saber qué pasó con ellos, quizá porque el principal sospechoso de esas desapariciones es el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).
Por Sebastiana Barráez / infobae.com
Batería, como le decían a Alcedo, salió de una reunión en la Gobernación del estado Mérida y desapareció, en plena revolución bolivariana. “Él denunció en los medios de comunicación de Mérida la presencia de paramilitares colombianos y el tráfico de gasolina de Pdvsa el Vigía en complicidad con altos mandos militares de los estados andinos”, dicen familiares y amigos en un pronunciamiento a 9 años de su desaparición forzada.
Mora era militante del PRV Ruptura Tercer Camino, organización que lideró el ex guerrillero Douglas Ignacio Bravo Mora y el antropólogo y docente universitario Francisco Prada Barazarte, “El Flaco Prada”. En el comunicado destacan como “responsable directo al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), que antes se llamó Disip y Sifa, como Dispositivo de torturas y desaparición forzada a lo largo de muchos años”.
Ante ese hecho desmienten al Fiscal General de la República, Tarek William Saab Halabi, porque “según él, quien en redes sociales ha dicho que era amigo de Alcedo Mora, ha guardado silencio cómplice. En una reunión que sostuvimos con él, en el 2015, nos llamó ‘escuálidos’ y agregó que él era el gobierno y hacía lo que quería; eso fue en su entonces despacho de la Defensoría del Pueblo, cuando fuimos a buscar respuesta sobre la desaparición forzada de Alcedo Mora”.
Puntualiza el escrito que “recientemente, Tarek Saab dijo, en una rueda de prensa, que no existía desaparición forzada y que quien dijera esa palabra era penado con cárcel. Rechazamos esas afirmaciones del Fiscal porque encubre la desaparición forzada de nuestro familiar y compañero Batería, más aún con lo sucedido a la abogada Rocío San Miguel y otros venezolanos por ser disidentes al corporativismo militar policial venezolano con violación al debido proceso”.
“Con la desaparición de Alcedo Mora, forzado por el Sebin, y con la cadena de mando de ese entonces, se cumple las prerrogativas legales internacionales de que se perpetró un crimen de lesa humanidad”.
La solidaridad
El comunicado de familiares, amigos y compañeros de Alcedo Mora Márquez, hacen reconocimiento a las organizaciones no gubernamentales (ONG) defensoras de derechos humanos, “que se han solidarizado con nuestra lucha, tales como Provea (Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos), grupo de trabajo de DDHH de la Universidad de Los Andes (ULA), Cofavic (Comité de Familiares de Víctimas del Caracazo), La Guarura y Aporrea”.
“También, en este campo de lucha por la desaparición de Alcedo Mora, a quienes nos han acompañado han sido criminalizados por Tarek Saab, en este caso la periodista Sebastiana Barráez, quien se ha convertido en blanco del gobierno cívico/militar que hambrea a los trabajadores venezolanos”.
“Denunciamos el acuerdo o consenso liberal que lleva a cabo la boliburguesía, Fedecámaras y la burguesía tradicional contra el proletariado venezolano, llevándolos a una esclavitud moderna, donde todo trabajador que se opone es enviado a tribunales de terrorismo, que no son más que tribunales militares disfrazados de civil. Ante este hecho, seguimos exigiendo al gobierno o dictadura o corporativismo militar venezolano, que nos dé respuesta de dónde esta nuestro familiar y compañero de lucha Alcedo Mora”.
Finalizan el comunicado, familiares y amigos de Alcedo Mora, parafraseando “cuando los crímenes comienzan a apilarse, se hacen invisibles. Cuando los sufrimientos se vuelven insoportables, los gritos ya no se oyen. Los gritos, también caen como la lluvia en verano”.
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