Un inspector jefe de la Policía belga que investiga entre otros temas sensibles la supuesta trama de sobornos de Catar, Marruecos y Mauritania a eurodiputados para que apoyaran sus intereses, el caso conocido como el “Catargate”, ha denunciado haber sufrido un presunto intento de asesinato por envenenamiento.
La Fiscalía de Bruselas ha confirmado la investigación en curso tras la denuncia del agente, informó el diario Le Soir.
Los hechos se remontan al pasado 18 de enero, cuando una inspectora, un inspector jefe y un comisario de policía de la Oficina Central para la Represión de la Corrupción (OCRC) acabaron notablemente ebrios a altas horas de la noche en Bruselas, relata el periódico.
Los tres habían pasado por el Céltica, un famoso establecimiento del centro de la capital belga y fueron después al cercano Bar des Amis, donde estuvieron involucrados en un alboroto que provocó la intervención de la policía local.
El periódico agrega que el inspector incluso de rebeló y profirió algún insulto racista cuando los agentes intentaban llevarle a una celda de desintoxicación, extremo que ha confirmado la Fiscalía sin ofrecer detalles.
Tras ver al médico y pasar la noche encerrado en la comisaria de Bruselas-Ixelles, el inspector jefe pidió ser trasladado al hospital porque sentía fuertes dolores abdominales.
Los nuevos exámenes determinaron que sufría complicaciones graves y una hemorragia interna que podría haberle costado la vida, por lo que fue hospitalizado durante varios días y finalmente operado.
Los médicos también detectaron en los análisis de sangre un nivel de anfetaminas extremadamente alto, por encima de lo que se consideraría un consumo “normal” con fines “recreativos”, mientras que el inspector asegura que no consume drogas.
Con esos elementos el comisario denunció un intento de asesinato por envenenamiento y la Fiscalía se está tomando la investigación “muy en serio“, ya que se trata de un policía con 26 años de servicio y experiencia den asuntos antiterroristas que actualmente sigue varios casos sensibles de corrupción, entre ellos el “Catargate”, del que es uno de los investigadores principales.
Los otros dos investigadores que salieron esa noche con él dicen no recordar nada de lo que ocurrió tras tomar dos copas en el primer bar y sospechan que también pudieron haber sido drogados, como denuncia su compañero.
Como a ellos no se les hicieron pruebas de sangre el día de los hechos se someterán ahora a una prueba capilar para aclarar sus dudas, ya que ese tipo de análisis permite detectar restos de estupefacientes semanas después de su consumo. EFE