El cáncer es una de las principales preocupaciones de salud a nivel mundial, y la evidencia científica sugiere que la dieta puede desempeñar un papel fundamental en su prevención.
Si bien es cierto que no existe una dieta milagrosa que pueda garantizar la prevención total del cáncer, incorporar ciertos alimentos con propiedades específicas en las comidas cotidianas puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Así lo asegura la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer en uno de sus últimos informes que afirma que una de cada tres personas desarrollará un tipo de cáncer en algún momento de su vida, pero que muchos de esos casos pueden prevenirse si se modifica la dieta, entre otras cosas.
Según las revistas de la American Cancer Society, se prevé que en 2024 se producirán 2 millones nuevos casos de cáncer y 611.720 muertes por patologías oncológicas en los Estados Unidos. Estiman que los cánceres de pulmón, colorrectal y páncreas serán los responsables de la mayor cantidad de fallecimientos.
Existe abundante evidencia científica sobre los hay que evitar (o limitar su consumo) para reducir el riesgo de cáncer, como las carnes rojas y procesadas, las comidas “rápidas” o procesadas, el alcohol y las bebidas azucaradas.
Pero Johanna Lampe, investigadora sobre prevención del cáncer del Centro Oncológico Fred Hutchinson de Seattle, afirmó que no siempre es sencillo saber qué comer en declaraciones al New York Times.
Nigel Brockton, vicepresidente de investigación del Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer en Washington DC, afirmó que ningún alimento puede prevenir el cáncer por sí solo, pero que seguir una dieta sana parece reducir el riesgo de contraerlo. He aquí algunos alimentos que, según los expertos, vale la pena añadir al plato de comida diario.
1- Brócoli y sus parientes crucíferas
Las verduras crucíferas como el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor y la col son fuentes ricas en isotiocianatos, que son compuestos vegetales que ayudan a nuestras células a eliminar toxinas y repararse, lo que es crucial para la prevención del cáncer, señaló Lampe.
Por ejemplo, los brotes de brócoli son ricos en sulforafano, un isotiocianato que puede reforzar las líneas de defensa naturales de nuestro organismo contra el daño celular diario, añadió. Este compuesto se ha relacionado con la protección contra varios tipos de cáncer, como el de próstata, mama, vejiga y colorrectal.
Las investigaciones sugieren que consumir más de cuatro o cinco porciones de vegetales crucíferos a la semana se asocia con un riesgo reducido de cáncer y otras enfermedades crónicas.
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