Hablar de duelo no solo es pensar en el momento de dolor cuando alguien cercano fallece, sino el hecho de perder algo todos los días. Tal situación es la que viven hoy los venezolanos y, en particular, los tachirenses cuando ven que cada día pierden sus servicios básicos como agua, electricidad, telefonía y conexión a internet, pese a que los precios de estos se incrementan de manera desproporcional.
Por Anggy Polanco / Corresponsal lapatilla.com
Algunos comerciantes están perdiendo mercancías o las ventas del día, las industrias se paran, y eso genera ansiedad y frustración al momento que ven que invierten un capital para subsistir, pero que no lo pueden recuperar, hecho que genera un impacto emocional
Así lo explica la psicóloga tachirense Oriana Miranda, quien expuso que los casos de estrés, depresión, ansiedad y duelo se han disparado en la región.
“El venezolano está perdiendo algo todos los días y en todo momento con estas situaciones de falta de agua y electricidad, por casi 72 horas o varios días completos (…). Es allí donde viene el duelo”, enfatizó.
Un ejemplo palpable es lo que viven los habitantes del municipio Torbes, a pocos minutos de la capital tachirense, en donde padecen hasta 12 horas continuas sin electricidad y también hay fallas en el sistema de agua potable.
Aurelina Luna Pulido, quien vive en Vega de Aza – Torondoy, narró que a sus hijos se les dificulta hacer las actividades escolares, porque gran parte de las investigaciones deben hacerlas vía online.
“Es un caos, porque usted ve que quitan luz cuatro horas, la ponen un ratico, y vuelven y la quitan. Sin energía no podemos cargar los teléfonos ni prender las computadoras”, se quejó la ama de casa.
Impacto psicológico
Aunado a la irregularidad con la energía eléctrica, todavía hay personas con problemas emocionales como consecuencia de la pandemia, y que desde hace dos años presentan ansiedad y duelos por pérdidas de familiares o la migración de sus seres queridos.
Esto genera en el tachirense frustración y estrés crónico, por lo que los índices de personas que están yendo a terapia es de 400 %, lo que quiere decir que la mitad de la población venezolana está necesitando ir a consultas psicológicas, apuntó la especialista consultada.
“En Venezuela, la salud mental no es tomada como un punto importante”, destacó la psicóloga, por lo que muchas personas se estancan y no logran avanzar.
Muchos tachirenses están padeciendo de insomnio, porque viven en constante zozobra, relató la terapeuta, mientras que otros se encierran en un ciclo de negación.
“Hay que darse cuenta de que ante este tipo de situaciones, no deberíamos de acoplarnos, aunque debemos entender las cosas y hacer alguna rutina diferente para que esto no nos repercuta”, comentó.
Incluso, Miranda señaló que el deterioro de la salud metal que vive los tachirenses por causa de la falla en los servicios públicos podría desencadenar casos de esquizofrenia, debido a los estresores ambientales y sociales como “hoy se me fue la luz, se me fue el agua para bañarme, mis alimentos y salubridad, por supuesto, que puede generar un trastorno mental”.
Niños afectados
La especialista Oriana Miranda subrayó que 1 de cada 10 venezolanos están yendo a consultas psicológicas, pero el mayor abordaje es en los niños y adolescentes, ya que en esta era digital, durante las largas horas sin conexión a internet, se ven severamente estresados.
El psicólogo tachirense Félix Patiño destacó que el agotamiento que padecen los habitantes de esta región se debe a que la salud mental se está viendo trastocada con episodios de ansiedad y depresión, que impide avanzar hacia otros escalones de la pirámide de necesidades de Maslow. El primer escalón representa las necesidades esenciales de los seres humanos, y allí se incluyen agua, electricidad e internet. Por tanto, si una persona no avanza en sus necesidades básicas, se queda frenada en el primer escalón.
Para Patiño, el tema de salud mental de los habitantes del Táchira es preocupante, ya que el aparato psíquico puede tener un declive al constantemente estar enfrentados a la falta de servicios públicos.
“La depresión y ansiedad es una prevalencia en su mayoría, y podemos hablar en cualquier tipo de edad en la población tachirense”, resaltó.