El expresidente de Colombia fue contundente al denunciar que Nicolás Maduro solo busca hacer un “remedo electoral” este próximo 28 de julio para quedarse en el poder. Aseguró que el regimen venezolano “se ha pasado por la faja” el acuerdo de Barbados, por lo que pidió a la comunidad internacional despertar y retomar la agenda de sanciones con urgencia.
Por Alejandro Hernández / La Gran Aldea
En cuanto a la postura que ha ejercido el actual gobierno colombiano sobre el proceso venezolano, Duque fue muy crítico y sin cortapisa sostuvo que “Colombia está jugando a lavarle la cara al más grande sátrapa del hemisferio”, en clara referencia a Nicolás Maduro. Sobre las negociaciones entre Estados Unidos y el régimen, no duda de las buenas intenciones de la administración Biden, pero alertó que “de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno” y los instó a mostrar una mayor “contundencia y solidez pólítica” en los días por venir.
El exmandatario eligió a María Corina Machado e hizo un llamado al resto de la oposición venezolana a unirse en función de ella, “es momento de dejar los egos de lado, ahora le toca a ella y hay que acompañarla de forma vertical”.
–¿Qué valoración hace del cronograma electoral aprobado por el CNE días atrás?
-Ese cronograma es una nueva acción atrabiliaria del dictador Nicolás Maduro. Una jugarreta para mantenerse en el poder, está convocando unas elecciones con muy poco tiempo de preparación, en las que es muy difícil ofrecer garantías y controles. Además, ha cercenado el derecho legítimo y validado por el pueblo de María Corina Machado a ser la candidata de la resistencia democrática, lo que demuestra su pretensión de hacer un remedo electoral para seguir con la dictadura que ejerce desde hace años. Por eso, me parece fundamental que la comunidad internacional despierte, reasuma la mayor cantidad de sanciones posibles contra el régimen y también se pronuncie de manera clara y categórica sobre la invalidez que podrían tener las elecciones del 28 de julio, si se mantienen los atropellos y las injusticias.
–¿Qué opina de las declaraciones de los presidentes de Brasil y España, Lula Da Silva y Pedro Sánchez, que salieron a elogiar la convocatoria y el cronograma que impuso el CNE?
-Hay que tener absoluta claridad en que Maduro está buscando legitimidad y ese calendario electoral es ilegítimo, así como es ilegítima la estructura del poder electoral en Venezuela. Todo es una gran manipulación; y yo creo que quienes, equivocadamente, están creyendo en los cantos de sirena, después se van a arrepentir.
–¿Cuál cree que debería ser el rol de Colombia en este proceso?
-Colombia no debe ser ni un consueta, ni un cortesano, ni un masajista de la dictadura de Nicolás Maduro. Nosotros somos un país con vínculos históricos e indelebles con Venezuela. Durante mi gobierno, dimos la mayor demostración de afecto, fraternidad y acompañamiento con el Estatuto de Protección Temporal, que ha beneficiado cerca de dos millones de hermanos que decidieron emigrar. Hoy en Colombia se cambió el amor fraterno por el pueblo venezolano, por la entrega absoluta a la dictadura de Nicolás Maduro. Colombia es un validador de esa conducta atrabiliaria, por eso Gustavo Petro ni siquiera ha condenado que se le haya cercenado a María Corina Machado la posibilidad de participar en las elecciones presidenciales. Pero, aparte de eso, el Estado colombiano dejó de pronunciarse sobre las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en Venezuela. En este momento lo que tenemos es a una Colombia que está jugando a lavarle la cara a quien es hoy el más grande sátrapa de este hemisferio.
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