Luis Velázquez Alvaray: El Tren de Miraflores

Luis Velázquez Alvaray: El Tren de Miraflores

Comparado al tren de Miraflores, el de Aragua es un vagón. Un brazo ambulante, repartido por América Latina, infiltrado en el corazón de los Estados Unidos.

El tren de Miraflores se fue conformando con los grupos mafiosos nacionales. Hace 19 años denuncié la banda de lo enanos. Chávez los protegió y hoy son la primera fuerza judicial del país. Ahora también dueños de grandes medios y han desplegado una organización con agentes en todos los tribunales, circuitos judiciales, hasta llegar al estricto control del Tribunal Supremo de Justicia.

Se organizó en la pirámide militar, el cartel de los soles, controlando la logística nacional del tráfico de drogas y lavado de dinero, con más de 60 empresas del Estado dirigidas a tales fines, por las charreteras corrompidas y canallas, con un sol, Padrino, como eje de fuerzas mercenarias y entreguistas. Los cuarteles son los depósitos de la cocaína que camina y fluye por América y el mundo.





El tren de Miraflores es dueño de la estructura Estatal, tergiversando lo establecido Constitucionalmente. La Contraloría General de la Republica es un órgano para perseguir. Convertido en tribunal inquisitivo para inhabilitar a la candidata de la plataforma opositora, mediante un proceso absolutamente viciado, inconstitucional, contra una persona ajena al funcionariado público. Acto plagado de falsedades, llevándose por delante el Estado de derecho, sus principios y fines junto al derecho internacional. Es un atentado, una explosión escandalosa, inmoral, no solo contra la candidata, sino contra los casi tres millones de electores que la eligieron, a los cuáles se les secuestran sus derechos ciudadanos.

Disponen de un costoso Lobby para liberar prisioneros de la droga, como el caso de los sobrinos y Alex Saab, peligrosos contrabandistas, hoy a sus anchas gobernando y paseando, ordenando detenciones y humillando a los venezolanos sin ningún pudor ni vergüenza. Cuentan con el foro de Sao Paulo y Puebla, para dirigir la desestabilización, con Lula Da Silva, el pontífice de Odebrecht, vocero de los alacranes, con su teoría de imponer un candidato a la oposición, irrespetando a los venezolanos e inmiscuyéndose en los asuntos nacionales.

El tren de Miraflores es el mayor depredador ambiental del mundo. Dueño y señor del Arco criminal- arco minero-, apropiándose de millones de toneladas de metales preciosos, asesinando a mansalva y destruyendo todo lo conseguido a su paso.

Son concesionarios de un país, rematado a los asaltantes mundiales y los grupos terroristas de todas partes del globo. En Venezuela se vive en los rieles del terror, con una población amenazada, en situación de indefensión. Persecución como método de control social. Sin embargo, ante el surgimiento de una opción de transformación real, el chavismo comienza a mostrar las costuras, descubierto como está su participación en los mercados ilegales de la droga. Con la CPI rondándoles el cuello.

Su terrorismo político intenta preservar un sistema de dominación al que se oponen el 90 por ciento de los Venezolanos. Las cotas de destrucción y crueldad del tren de Miraflores , es difícil igualarla, atraviesa fronteras. El asesinato del teniente en Chile es prueba de actos delictivos graves de carácter internacional.

El cartel de Miraflores es dueño del CNE. No solo pretende robarse las elecciones. Quiere nombrar el candidato de la oposición, para colocar un payaso, hoy llamados alacranes, —antiguamente conocidos como “los churrasqueros”– por su inclinación a vivir parasitariamente, inmersos en esta constelación movediza, ante una mujer venezolana impulsada por la lealtad de un pueblo, cansado y extenuado, pero dispuesto a salir del tirano extranjero. Por eso el tren de Miraflores está impreciso y nervioso, atacando periodistas, encarcelando y amenazando, como Hitler en su último día. Ensañados contra las mujeres valientes. Rocío San Miguel es víctima de torturas y vejaciones en los calabozos del tren y su vagón de torturadores de la estación helicoide rojo.

Su angustia e impaciencia no les permite comprender que en cada esquina esta jefe de campaña para el cambio. Son millones lo que tendrán que encarcelar y sin embargo la organización opositora es imbatible. El pueblo con hambre y sin luz es invencible. La esperanza retoña en el más apartado caserío. ¡Pónganse ojos!.

El tranvía macabro dividió a Venezuela en país de enclaves. Irán registra en su haber una cuarta parte del territorio nacional, con salidas marítimas y fluviales independientes, plataformas misilísticas de tecnología y usos duales. Bases aéreas y centros de entrenamiento para Hamás, hezbolá y sus colectivos del vagón de Aragua. En esta zona operan también avanzadas rusas con importante estructura satelital. Putin maneja dos bases militares, en Margarita, la Orchila y asiste las restantes. Allí se formaron buena parte de los degolladores asaltantes de la frontera Israelí. Los colectivos en Irán se llaman “ basis”, dispersos en el mundo con salvoconducto venezolano.

Los movimientos migratorios son asuntos de los cubanos, que además de controlar la base de datos de cada Venezolano, poseen la fábrica de identidad para el terrorismo. Circulan sin barreras migratorias. Los guerrilleros se pasean a sus anchas. Las ganancias de los soles y los flores tienen oficina especial en palacio.

PDVSA también está repartida. Solo anuncian cantidades mínimas de explotación. El Aissami está guardado porque su papel era rendir la mesada diaria al Tren de Miraflores y se saltó las facturas. Ahora todo sigue igual. Los barcos salen cargados sin control alguno hacia los países invasores. La libreta de anotaciones de Tareck ahora la lleva directamente el sol mayor con su pandilla palaciega. La petrolera rusa Rosneft posee licencia de explotación sin límites.

La tolvanera del bandidaje mundial manda en Venezuela. Son solo ejemplos. No existe en el universo una estructura delictiva organizada tan poderosa, pero tiene un problema: el pueblo despierta. El poderoso Hitler, ante el caos en Alemania, creó su cataclismo y cayó su imperio. El tren de Miraflores descarrilara definitivamente por muy acaudalado que sea.