Asegura el Derecho que mi derecho termina donde comienza el del otro, y que la máxima autoridad es el pueblo. Si a juzgar por el tema “del pueblo, por el pueblo, con el pueblo” vamos, la cuestión sería sencilla, los candidatos presidenciales que cuentan serían Nicolás Maduro por el chavismo y María Corina Machado por los demás, los demás son simples figurones, parte de una oposición que hace ya mucho tiempo se vino a nada y nos dejó a Hugo Chávez primero y a Nicolás Maduro después como herencia.
Pero, claro, todo gobierno desgasta, y un cuarto de siglo de errores, carencias y corrupciones desgastan más. Hugo Chávez, que algo de carisma sí tenía y buen número de personas le aguantaban sus ocurrencias como aquella de expropiar el centro de Caracas edificio a edificio, se les murió aunque nadie sabe la fecha real ni si está o no enterrado en un feo edificio que los revolucionarios -¿o los militares?- han dado en llamar “Cuartel de la Montaña”, y del cual se dispara –o se disparaba, con este Gobierno nunca se sabe- un cañonazo cada tarde creo que a las 4, si bien nadie sabe por qué, quizás para mantener atemorizados a los habitantes del 23 de Enero que lo rodean o tratando de no dejar dormir en paz al alma de Chávez, que alguna debe haber tenido aunque algunos feroces enemigos desean que esté en el infierno.
Esto me recuerda las clases de Religión en el Colegio San Ignacio de Caracas, cuando el Padre Arruza nos ponía a debatir y llegamos a la conclusión de que nadie puede asegurar que alguien esté en el infierno porque Jesús Hijo de Dios nos dejó la oportunidad del arrepentimiento hasta el último segundo, de manera que hasta Judas Iscariote pudo arrepentirse y ser perdonado por haber entregado a Jesús hasta en el segundo de colgarse. ¿Estará Chávez en el cielo, o al menos en el Purgatorio, ya que incluso se la pasaba con un crucifijo en la mano pero, según el periosdista David Placer creía en brujerías?
Ni lo sé, ni me importa, lo que cuenta ya no es lo que vivió sino lo que nos dejó, y eso puede ser peor que el aburrimiento de leer el diario Granma cubano.
Lo que en estos días hay que preguntarse es cómo actuará este desconcertante régimen de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y los hermanos Rodríguez si, a pesar de la tan cacareada inhabilitación que muchos tachan de ilegal, María Corina Machado acude al Consejo Nacional Electoral para inscribir su candidatura presidencial. ¿Tendrán esos empleados del régimen los cojones de rechazarla cuando llegue rodeada de pueblo?
Me parece obvio que no hay en la cúpula del régimen ni en la del PSUV mentes con pensamiento político realista, mas bien mentes que hablan del pueblo y afirman siempre estar al servicio del pueblo, pero carecen de él, no lo entienden.
Porque Maria Corina Machado tiene pueblo, y diría uno que cada vez más. El régimen le impide viajar –lo cual es una idiotez- y que se monte en aviones, con lo cual la obligan a recorrer el país pueblito a pueblito, a que la vean todos y a darse el gusto de que los guardias nacionales la sigan, como si fueran sus escoltas, pero no le impidan pasar. Mas bien la saludan con respeto y sonrisas.
¿Tendrán los miembros del CNE el coraje –Lara Farías lo llamaría “Car’e tabla”- de no recibirla por la cuestión de la inhabilitación?
No parece entender el régimen –no estamos seguros de si también el PSUV- que mientras más se esfuerza por frenar a María Corina Machado mas fuerte y popular la hace. Diría, según veo y oigo en los medios de comunicación y en los sitios de Internet que más que la voluntad, el empeño y la popularidad de la señora Machado, ella tiene el poder más importante, el poder popular que hace tres décadas perdieron los partidos políticos, que tuvo Chávez a medias y que Maduro nunca ha tenido por más pajaritos que vuelen a su alrededor, aunque no he visto ninguno.
Ese día, cuando Machado y el pueblo lleguen al CNE va a ser un día para coger palco.