Estuvo a punto de caer el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. Estuvo a punto de hacerlo por primera vez esta temporada. Lo tuvo en sus manos el Qarabag, que llegó a ponerse 0-2 por delante en el BayArena, pero el conjunto dirigido por el entrenador español tiró una vez más de carácter, se impuso ante la adversidad y logró remontar in extremis la eliminatoria para terminar imponiéndose sobre la bocina por 3-2 gracias a un doblete de Schick y otro tanto de Frimpong que vuelven a poner a prueba que este equipo está hecho de otra pasta. Sigue invicto el Leverkusen. Sigue peleando por todo. Y sigue haciendo historia.
Por: Marca
Salieron como balas los locales y dispusieron de ocasiones por minuto. Eso sí, tal y como ya ocurrió en la ida, el líder de la Bundesliga careció de pegada en los metros finales. Gozaron de infinidad de ocasiones los pupilos de Xabi, pero no fueron capaces de reflejarlo en el luminoso del BayArena. Y fueron conscientes de que el resultado era demasiado peligroso para dejar desaprovechadas tantas ocasiones.
No cambio el guion del partido después del descanso. Mandaba el Leverkusen. Asedió a los azerbaiyanos, les embotelló en su área. Registraron hasta un 80% de posesión, pero el fútbol volvió a ser así de caprichoso y puso por delante al Qarabag en un centro de Andrade que Zoubir cabeceó al fondo de la red. De la nada. Como si no fuera suficiente, Cafarquliyev fue expulsado y, tan sólo 9 minutos después del primero, Juninho amplió la renta del cuadro visitante finalizando un centro de Vesovic.
Estaba por los suelos el Leverkusen. El revés fue tremendo. Se aproximaba la primera derrota de toda la temporada. Pero los pupilos del técnico tolosarra tiraron de carácter, se recompusieron y lograron recortar diferencias en un centro de Grimaldo que Frimpong convirtió de volea. Faltaba un gol. Y el cuadro renano fue a por él. Con todo. Encerraron al Qarabag. Encadenaron ataque tras ataque hasta recibir la merecidísima recompensa en el 93 de partido en un centro de Grimaldo que Schick dirigió con la puntera hacia el fondo de la red. Todo pintaba a prórroga, pero el Leverkusen siguió a lo suyo. Y, tan sólo 4 minutos después del empate Schick, volvió a aparecer el checo en el área para coronar una remontada épica de un equipo que sigue haciendo posible lo imposible.