Las horas siguientes y los días que tenemos por delante marcarán la historia de Venezuela durante los próximos lustros. Hay momentos decisivos en la vida de un líder político y jugadas maestras. Una de ellas fue la de Rómulo Betancourt para ocupar la presidencia en el año 1945. Horas antes del golpe, amenazó a los jóvenes militares que iban a derrocar al presidente Medina con la no participación de A.D en la intentona, a menos que los civiles tuvieran mayoría en la Junta de Gobierno que se instalaría para gobernar. Los hombres de uniforme aceptaron la pretensión y así Betancourt pudo hacerse con la presidencia durante el trienio. Eduardo Fernández, quien lideraba la oposición partidista el 4 de febrero de 1992, le dio en cadena nacional el apoyo irrestricto e incondicional a un Ejecutivo Nacional que en ese momento el pueblo aborrecía por las medidas económicas de “shock”, que tuvo que implementar. Incluso Fernández metió al partido Copei dentro del propio gobierno adeco. Rafael Caldera hizo todo lo contrario, interpretó a las grandes mayorías como dijo el hoy rector de la UCAB Arturo Peraza s.j, y se hizo de nuevo presidente.
En estas elecciones que se avecinan María Corina es la gran electora. Fue electa de manera casi unánime en las primarias para conducirnos al triunfo. Hay que seguir presionando y empujando la transición con ella como presidenta, pero en buena medida eso dependerá de su accionar y el de cada venezolano consciente. El régimen juega a la división y a la abstención. Viola de manera continuada el Estado de Derecho y los Derechos Humanos. Sabe que más del 80% lo rechaza y quiere cambio y ese cambio lo encarna María Corina. En términos beisbolísticos ella representa a un cuarto bate con las bases llenas y en la cuenta máxima de 3 y 2 para decidirlo todo. Mi predicción es que viene el jonrón de María Corina para salvar a Venezuela.
oscar.arnaln@gmail.com
@OscarArnal