Observan a migrantes con sospechosos tatuajes en El Paso y creen que son del Tren de Aragua

Observan a migrantes con sospechosos tatuajes en El Paso y creen que son del Tren de Aragua

El tatuaje de la corona de un migrante en el cuello se exhibe en El Paso James Breeden/NY Post

 

Esta semana se vieron inmigrantes con posibles tatuajes de pandillas en las calles de El Paso, Texas, lo que generó nuevos temores de que las pandillas del sur de la frontera estén enviando miembros a causar estragos en Estados Unidos.

Por New York Post

Tres hombres con coronas tatuadas en el cuello fueron vistos por The Post afuera de la Iglesia del Sagrado Corazón de la ciudad el miércoles, un lugar que durante mucho tiempo ha sido un refugio para quienes han cruzado la frontera ilegalmente, ya que no pueden ingresar a los refugios administrados por la ciudad.

Yorbis también lucía un tatuaje de corona en el cuello y le dijo a The Post que no le preocupa que Texas tome medidas enérgicas contra los inmigrantes. Jennie Taer para el NYPost

 

Los memorandos distribuidos por el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Policía de Nueva York han identificado que los tatuajes de coronas, particularmente en el cuello, tienen asociaciones con pandillas; incluso con las tripulaciones de Latin Kings y El Tren de Aragua.

Yorbis, uno de los inmigrantes con tatuajes en el cuello, habló con The Post sobre la nueva ley estatal que permite a la policía arrestar a quienes hayan ingresado ilegalmente al país. La ley, conocida como SB4, se encuentra actualmente bloqueada mientras se debate en los tribunales.

Otro migrante lucía un tatuaje de corona en el cuello, que según las autoridades podría indicar pertenencia a una pandilla. Jennie Taer para el NYPost

 

“No me preocupa”, dijo Yorbis, que es venezolano y no quiso dar apellido, mientras paseaba en bicicleta por la calle. No respondió más preguntas y se desconoce si Yorbis está afiliado a una pandilla.

Uno de los otros inmigrantes tatuados se cubrió el cuello mostrando el tatuaje de la corona cuando vio que The Post lo estaba filmando.

Los inmigrantes tatuados y sus amigos parecían diferentes a muchas de las hordas exhaustas y casi sin un centavo que caminaron miles de millas a través de América del Sur y Central con las que habló The Post en El Paso el año pasado.

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