Cuando le detectaron un tumor en el riñón izquierdo, los médicos que la atendían la mandaron a hacerse otros estudios de urgencia y, en cuestión de una semana, el 27 de abril de 2017, le dieron turno para operarla. No había que perder tiempo, cuanto más rápido, mayores eran sus posibilidades en la lucha contra esa enfermedad.
Por: La Nación
Fue por eso que Aida Suhurt, que ahora tiene 68 años, no dudó en moverse con mucha diligencia. Lo que no iba a imaginar fue que dos días después de la operación, cuando recién se estaba recuperando del efecto de la anestesia y el postoperatorio, se preguntó por qué tenía dolores del lado derecho. Allí mismo sintió las vendas y, cuando preguntó a los médicos que la atendían en el Sanatorio de la Ciudad, en Puerto Madryn, Argentina, por qué pasó eso, al principio todo fueron evasivas.
Pocas horas más tarde empezaron a sospechar lo peor: en lugar de sacarle el riñón izquierdo, el que estaba comprometido por el tumor, según los estudios que le habían hecho, le habían sacado el derecho, su riñón sano, un órgano clave para que pudiera seguir adelante con su vida, sin necesitar diálisis. Además, le sacaron una parte del otro riñón, aproximadamente el 20%, donde estaba alojado el tumor.
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