Siempre he creído que un verdadero líder inspira confianza y respeto al mostrar integridad en sus palabras y acciones, incluso cuando enfrenta situaciones difíciles o poco digeribles para un sector de la población. No creo en aquellos que dicen lo que uno o algunos esperan o quieren oír.
Lamentablemente en Venezuela, para algunos ciudadanos, actuar de cara a una necesidad coyuntural puede verse como una traición si va en contra de sus creencias con respecto a las soluciones. Pero nuestro país, tan abatido y contradictorio, necesita caminos que vayan más allá de la mera esperanza.
Debemos entender que en momentos de crisis es necesario tomar medidas concretas que nos permitan cumplir con el único objetivo que debe guiarnos, sacar a Maduro de la Presidencia a través del voto y lograr un cambio en el país. Eso solo es posible en unidad.
Es importante recordar que en Venezuela existen serias limitaciones para la participación política, especialmente para la oposición. Muchos líderes opositores han sido perseguidos, encarcelados o exiliados por el gobierno, entre ellos Manuel Rosales. Además, el escenario de la violencia no nos llevó a nada y el de la abstención siempre ha sido un suicidio.
En este contexto, es comprensible que el gobernador del Zulia haya decidido buscar una opción electoral dentro de las trabas impuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Es una estrategia legítima para intentar avanzar en la construcción de una alternativa democrática en el país. No está demás decir, que también fue promotor de las primarias y que siempre ha buscado ir por el camino de la unidad.
Por ello veo con profunda preocupación cómo algunas personas se afanan en criticar duramente a Rosales de manera injusta y a veces hasta visceral, sin conocerlo y sin escucharlo, olvidando la historia política reciente e ignorando la complejidad del escenario político actual.
Me parece que, lo más prudente es, que en lugar de desacreditar a un líder de la oposición, que ha trabajado duro y logró ganarle al chavismo, se deben apoyar los esfuerzos por lograr un cambio político pacífico y democrático en Venezuela.
A esto debo agregar que en una sociedad como la nuestra, es crucial no sólo informarse a través de fuentes confiables y contrastar la información que recibimos, sino también ser capaces de escuchar a otras personas con opiniones diferentes a las nuestras, con respeto.
Por lo tanto, es fundamental que como ciudadanos venezolanos busquemos informarnos de manera crítica y formemos nuestras propias opiniones, basadas en hechos y argumentos sólidos. Solo de esta forma podremos contribuir al cambio y mejora de nuestra sociedad.
Es importante recordar que la división solo beneficia al régimen autoritario que se encuentra en el poder. Es urgente que los diferentes sectores políticos de la oposición se unan para poder hacer frente a las estrategias del gobierno y sacar a Venezuela de esta pesadilla.
Además, necesitamos y nos merecemos que haya un pensamiento racional y estratégico en la oposición, basado en el diálogo, la negociación y la construcción de consensos. El fanatismo, la terquedad, la soberbia y la falta de unidad sólo perpetúan la crisis política y social en Venezuela.
Los líderes políticos y la sociedad en general deben entender, sin histerias, ni dogmatismos, la importancia de la unidad y la cohesión en momentos críticos como los que enfrenta el país. Solo a través de esta unidad y del voto podremos superar la adversidad y lograr un cambio real en Venezuela.