Un asalto policial sin precedentes contra una embajada para detener a un político refugiado acusado de corrupción y una crisis diplomática que tensa las relaciones de Ecuador con Latinoamérica: esto es lo que sabe del operativo en la sede diplomática de México en Quito y sus consecuencias.
1. Provocaciones mutuas
El conflicto que escaló hasta la ruptura de relaciones diplomáticas se originó en un comentario del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, el pasado miércoles sobre la violencia política en Ecuador y la supuesta manipulación de los medios de comunicación en las últimas presidenciales.
Aseguró que en las elecciones pasadas el magnicidio del centrista Fernando Villavicencio en agosto hizo que cayera la intención de voto de la izquierdista Luisa González, que lideraba las encuestas.
Ecuador respondió expulsando a la embajadora Raquel Serur y México aumentó la tensión al otorgar asilo al exvicepresidente Jorge Glas (2013-2017), sobre quien pesaba una orden de prisión por presunto peculado.
Quito acusa a México de haber intervenido en sus “asuntos internos” al otorgar a Glas un asilo “ilícito”. Asimismo, consideró las declaraciones de López Obrador “muy desafortunadas”, que pusieron “en duda la legitimidad las elecciones de 2023”, “banalizando el asesinato” de Villavicencio, dijo este sábado la canciller Gabriela Sommerfeld.
2. “Escándalo internacional”
Las imágenes de policías encaramados en las rejas de la embajada mexicana y del jefe de esa misión, Roberto Canseco, forcejeando con uniformados le dieron la vuelta al globo.
En un acto sin antecedentes recientes en el mundo, la fuerza pública ingresó la noche del viernes a la legación para capturar al exvicepresidente del mandatario izquierdista Rafael Correa, que se había refugiado ahí en diciembre.
“Hemos roto todos los esquemas del comportamiento de la diplomacia tradicional”, comentó a la AFP Roberto Beltrán, profesor de gestión de conflictos de la Universidad Técnica Particular de Loja.
Ecuador había anticipado que no permitiría salir del país a Glas, quien además pagó cárcel por su participación en la trama de sobornos de Odebrecht.
Tras la irrupción policial, México pidió “garantías” para sus funcionarios.
Glas se encuentra en una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil (suroeste).
Esta situación es un “escándalo internacional”, dijo a la AFP el exembajador ecuatoriano en Londres Mauricio Gándara, al agregar que “será muy difícil que eso se reconstituya sin intervención de países amigos”.
3. Ecuador en la mira
El repudio y la condena cayeron este sábado sobre Ecuador. Entre más de una decena de países latinoamericanos, los gobiernos izquierdistas de Brasil, Colombia, Venezuela y Chile rechazaron enérgicamente la incursión policial, al igual que los derechistas de Perú y Argentina.
La OEA tildó de “improcedentes” las acciones de Ecuador. Además, rechazó “cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas”.
Nicaragua también decidió cortar relaciones con Quito este sábado.
La ruptura tiene implicaciones “en lo económico, lo diplomático, en lo cultural (…) Podría llevar a Ecuador a una condena regional o general, por decirlo de alguna manera, y afectar considerablemente su balanza comercial con México y probablemente con otros países”, apuntó Beltrán.
El experto añadió que el distanciamiento “es peligroso y puede ralentizar estrategias de cooperación”, cuando Ecuador busca apoyo para su guerra contra bandas del narcotráfico asociadas con carteles colombianos y mexicanos.
Convertido en centro de logística para el envío de droga, Ecuador se desangra por la disputa de poder entre bandas. La violencia elevó la tasa de homicidios en la nación de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 al récord de 43 en 2023.
4. Mediación de terceros
Beltrán coincide con Gándara en que en este conflicto deben mediar otros países para pedir un desescalamiento.
“Confiaría en que pueda pasar eso y que, si bien no se restablezcan de plena forma inmediatamente las relaciones diplomáticas, podamos evitar una escalada mayor” como el retiro de las misiones diplomáticas o la suspensión de acuerdos de cooperación, expresó el catedrático.
Este sábado la embajada mexicana en Quito permanecía rodeada por policías, al tiempo que López Obrador pedía a sus connacionales “comportarse con mucha prudencia para evadir el acoso”.
Mientras se espera que funcionarios mexicanos retornen a su país en vuelos comerciales, la bandera mexicana fue retirada de su asta.
La tarde del sábado, Sommerfeld en una breve declaración de prensa justificó el asalto a la sede diplomática, argumentando que se hizo “ante un riesgo real de fuga inminente” de Glas.
AFP