La exclusiva isla de EEUU donde regalan casas, aunque cuesten millones de dólares: qué dice la letra pequeña

La exclusiva isla de EEUU donde regalan casas, aunque cuesten millones de dólares: qué dice la letra pequeña

Esta isla de Massachusetts regala casas con un programa espectacular. Flickr

 

La isla de Nantucket, en Massachusetts, es conocida por sus hermosas playas, su agradable ritmo de vida y el lujo en el que viven muchos de sus habitantes. El precio promedio de una casa allí es de 3,6 millones de dólares. Sin embargo, no son pocas las personas que deciden regalar sus enormes viviendas. No obstante, hay una pequeña trampa: quien reciba alguna de las propiedades debe pagar por un terreno donde ubicarla y, además, abonar el costo del traslado del inmueble.

Por La Nación 





Los lotes de ese lugar, en general, valen muchísimo más que la construcción que está sobre ellos. Muchas familias que compran una casa tienen como objetivo edificar el hogar de sus sueños. Lo más simple sería demoler la antigua propiedad, pero la isla tiene una regla denominada “retraso de demolición”, que consiste en que cualquier vivienda con “potencial de reutilización” debe ser anunciada en el periódico municipal durante 30 días.

“Potencial de reutilización” significa que exista la posibilidad de ser desplazada sin tener que ser destruida. Por eso, aunque no es obligatorio ofrecerlas de forma gratuita, la mayoría de los dueños lo hacen para deshacerse rápidamente de ellas y no pagar el costo de traslado, que parte desde los 100 mil dólares para un inmueble de 230 metros cuadrados, según explicó Business Insider.

La isla de Nantucket: casas gratis, pero costos altos

Gracias a esta práctica, las mudanzas de casas ya se volvieron un fenómeno cotidiano en Nantucket. De hecho, el número de permisos para hacer estas relocalizaciones aumentó significativamente, de acuerdo a un informe del diario local Nantucket Current. Hace una década, la isla solo emitió 19 permisos para el transporte de viviendas o unidades. En 2022, solo en octubre se emitieron 91 permisos.

Por lo tanto, es normal ver camiones que atraviesan las rutas de la isla con estructuras que van desde cabañas modestas hasta mansiones. En ciertas oportunidades, las propiedades se trasladan de manera completa. Sin embargo, otras veces la mudanza se lleva a cabo en diferentes partes y la vivienda atraviesa una suerte de desmembramiento.

Todo esto significa una enorme organización por parte de Nantucket: movimientos como estos requieren de una planificación meticulosa, aprobaciones por parte de la policía y cierres de algunas rutas, ya que los camiones atraviesan la localidad de 14 kilómetros de largo a velocidad de paso de hombre. Por eso también es que esos procesos se realiza solo en otoño, invierno y primavera, para evitar congestiones en el tráfico turístico en verano.

“Si llegas tarde al trabajo y le dices a tu jefe que fue porque había una mudanza, la gente simplemente lo entiende”, dijo Anne Kuszpa, directora ejecutiva de Housing Nantucket, una organización sin fines de lucro que crea viviendas asequibles, a Business Insider.

Cómo es la compra de casas y terrenos en Nantucket

En la lógica económica, comprar una casa -en realidad, pagar el costo de relocalización de una vivienda- es mucho más conveniente que construir una desde cero. Cada metro cuadrado de edificación cuesta alrededor de 800 dólares, por lo que un inmueble de 230 metros cuadrados puede salir hasta US$2 millones. Su mudanza, en cambio, cotiza a US$100.000.

Este valor asequible de las propiedades generó tres grupos distintos de compradores en la isla, según explicaron las autoridades de la isla. El primero son aquellos que las adquieren para alquilarlas y así generar un ingreso extra. El segundo grupo son familias que ya tienen un terreno, pero que no cuentan con los recursos para construir su propia casa. La tercera categoría son las organizaciones de vivienda sin fines de lucro, que toman los inmuebles como donación (lo que otorga una reducción de impuestos a los vendedores) y los convierten en viviendas asequibles para la fuerza laboral local y las familias de bajos ingresos.

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