María Clara Gracia es periodista, directora, presentadora de noticias, columnista en medios de comunicación masivos (televisión, radio y portal internet), corresponsal, y es especialista en Gerencia de la Comunicación Organizacional con una gran trayectoria en aplicación y desarrollo de estrategias comunicativas en empresas públicas, privadas y multinacionales con sede en Colombia.
¿Cómo definirías el término “periodismo”
En términos sencillos y simples es sin duda el puente de comunicación entre los distintos generadores de información de interés para todas las audiencias; esto sería lo técnico, lo obvio. En términos prácticos es el servicio más importante que se le puede prestar a la sociedad.
¿Qué te llamó la atención de esta profesión para estudiarla y trabajar como periodista?
Entender y servirle a la sociedad con información veraz, útil que una a sus integrantes, que los guíe y -por qué no- contribuir a que un país sea grande. Pero hoy, nuestra profesión sigue en peligro desde diferentes frentes: el riesgo de revelar verdades peligrosas que afecten intereses específicos; el riesgo de cubrir guerras a veces sin sentido -o con sentido para quienes las propician-; el riesgo de no ser tomados en serio o como superficiales porque no nos dedicamos al periodismo de las noticias de política, economía, orden público; y el peor de todos hoy en día, el riesgo de convertirse en periodista militante que lleva al deterioro de la opinión pública y por ende al del propio país donde se ejerce.
Si no fueras periodista, ¿a qué te dedicarías?
A comunicar de todas maneras desde cualquier frente. Llevo la comunicación en mi ADN. Mi papá era un gran conversador y mi mamá nos habló siempre con muchos refranes. Nos ponían a pensar y nos advertían del cuidado al hablar y de con quién hablar… qué decir y que no. Lo he hecho desde mi oficio-hobby: la cocina, la pastelería. Yo no sólo hablo de recetas, para eso hay montones en las redes. Yo le agrego el ingrediente emocional de “la magia de las palabras”. Quienes me siguen podría dividirlos en tres grupos: a los que les gusta como cocino, a los que les gusta de los temas que les hablo cuando cocino, y a quienes les encantan las dos cosas. Soy una comunicadora innata.
¿Cuál ha sido tu mayor sacrificio en esta profesión?
Cuando muy joven casi que expuse mi integridad porque era la época de Pablo Escobar y sus atentados, además de los grupos guerrilleros que desde entonces comenzaron a operar con el narcotráfico. Más adelante, la familia. Me arrepiento de algunas cosas, pero ya pasó y aunque el tiempo no se recupera, compartir con los de uno sí.
¿Cómo valoras el momento actual dentro de la profesión periodística?
Me preocupa mucho. No siento que los jóvenes salgan bien preparados y no es sólo tema de las universidades, es de la estructura intelectual que debe tener cada periodista. La mayoría no lee, no investigan; se queda en el día a día. Eso empobrece la profesión y fortalece a quienes les conviene que así sea para manipular.
¿Cómo ha afectado la evolución de las tecnologías de la comunicación en tu trabajo?
A mi me suena muy interesante porque aunque dicen que la radio se está acabando y la televisión también, yo lo que veo es una gran transformación. Pasaron a ser podcasts o plataformas de películas, documentales, etc., hechas a la medida de las audiencias y a eso es que hay que adaptarse.
¿Qué más te apasiona?
La comunicación corporativa que es mi especialización y la he ejercido en grandes empresas como Bavaria y a pastelería y la cocina sin duda alguna. Estos dos placeres aunque en la práctica no tienen mucho que ver, en lo emocional sí: pura pasión.