Recordando la noche de furia de O.J. Simpson: el crimen de su exesposa, un guante salvador y un proceso escandaloso

Recordando la noche de furia de O.J. Simpson: el crimen de su exesposa, un guante salvador y un proceso escandaloso

Nicole Brown y OJ Simpson

 

La ex estrella de fútbol americano murió este jueves a los 76 años. Hace casi tres décadas, fueron encontrados los cadáveres de Nicole Brown y de Ron Goldman en el jardín de la casa de la ex esposa del deportista. Esa misma noche, Simpson voló a Chicago pero dejó en el camino un reguero de pruebas. La mala investigación policial, la estrategia de la defensa y un juicio que terminó con su absolución

O.J. Simpson, la ex estrella del fútbol americano de la NFL quien en 1995 protagonizó como acusado el llamado “juicio del siglo” por los brutales asesinatos de su esposa y un amigo, murió este jueves a los 76 años. La confirmación del deceso de Simpson llegó a través de un mensaje de su familia en las redes sociales: “El 10 de abril, nuestro padre, Orenthal James Simpson, sucumbió a su batalla contra el cáncer”. Pero, ¿quién era O.J. Simpson? ¿qué ocurrió esa trágica noche de hace tres décadas y por qué el juicio fue un escándalo?





Por Infobae

El akita inu – un perro grande, caro, muy del estilo de los residentes adinerados de Los Ángeles – ladra desesperado cerca de la medianoche del domingo 12 de junio de 1994. No se mueve de la entrada que da al jardín de la casa del 875 de South Bundy Drive. Un vecino, todavía levantado, sale de su casa para ver qué provoca semejante escándalo y lo ve. Conoce al animal, es el perro de su vecina Nicole Brown – la ex esposa de O.J. Simpson -, con quien suele intercambiar saludos a distancia. Cuando se acerca se da cuenta de que tiene las patas ensangrentadas. El hombre, alarmado y quizás asustado, no se atreve a entrar al jardín, en cambio corre hasta su casa –ha salido sin el celular– y llama a la policía.

La primera patrulla llega apenas pasadas las 12 de la noche y dos agentes entran al jardín. Primero encuentran a Nicole tirada en el suelo, muerta en medio de un charco de sangre. Más tarde, los forenses determinarán que el cuerpo tiene siete heridas leves de arma blanca y un corte en el cuello de 13 centímetros de largo, que es lo que le ha provocado la muerte. Tiene seccionadas la carótida y la yugular.

F. Lee Bailey y Robert Kardashian, parte del equipo de abogados de OJ Simpson, que gastó 20 millones de dólares en su defensa REUTERS/Jeff Vinnick

 

A poca distancia hay otro cadáver, que más tarde se identificará como de Ronald Goldman, aspirante a actor y modelo ocasional que – a falta de mejores oportunidades – trabaja como mozo en el restaurante italiano Mezzaluna. Tiene 17 puñaladas en el cuerpo.

La escena del doble crimen se completa comuna gorra azul, un guante izquierdo Aris Isotoner extragrande y un sobre blanco que contiene unos anteojos.

La temperatura de los cuerpos les dirá a los forenses que todo ocurrió entre las 22.15 y las 22.40.

La policía no necesita hacer ninguna averiguación para saber que Nicole es la ex mujer del exjugador estrella de fútbol americano y también actor Orenthal James “O. J.” Simpson, que vive a cinco minutos de allí. La vida privada de los famosos de Los Ángeles no es un secreto para nadie.

La noche de O.J.

Alrededor de las 21 de ese 12 de junio, O.J. Simpson sale de su mansión, en el 360 de N. Rockingham Avenue, acompañado por un amigo, el actor Brian “Kato” Kaelin, que se está hospedando ocasionalmente allí. Comieron una hamburguesa en un local de Burger King y esperaron a otro hombre, identificado como “J.R.”, un dealer que suele proveerle metanfetaminas al ex futbolista. Según el testimonio de Kaelin, a las 21.45 regresan a la mansión y él se va a dormir a la casa de huéspedes mientras O.J. se queda solo en la casa principal.

La policía sale de la casa de Nicole Brown, donde hallaron su cadáver y el de Ron Goldman el 13 de junio de 1994 (Photo by Vinnie Zuffante/Archive Photos/Getty Images)

 

A las 22.45, el chofer Allan Park detiene su limusina frente a la mansión de Simpson. La agencia de traslados para la que trabaja le ha encargado recoger a O.J. para llevarlo al aeropuerto. Park llama por el intercomunicador, pero nadie le responde. Decide esperar en el auto y, desde allí, poco antes de las 23, ve a un hombre negro – de alrededor de 1.80 de altura, corpulento, le dirá después a la policía – que camina por el parque hacia el garaje de la mansión. No es asunto suyo.

Diez minutos más tarde, vuelve a tocar el intercomunicador sin recibir respuesta, por lo que llama a la agencia y pode instrucciones. Le ordenan esperar hasta las 23.15. A esa hora vuelve a llamar y esta vez sí le responden. Por el aparato, O.J. le pide disculpas y le dice que se estaba bañando, que saldrá en diez minutos.

El chofer dirá después a la policía que Simpson salió agitado, con cuatro valijas – tres grandes y una más chica – y no deja que lo ayude a cargarlas. Durante el viaje, le pide que abra las ventanillas porque tiene calor, pese a que la noche está bastante fresca. Transpira. Llegan al aeropuerto con tiempo suficiente para que el ex futbolista aborde el vuelo que lo llevará a Chicago, donde tiene programada una serie de actividades publicitarias. Las cámaras de seguridad de los aeropuertos de Los Ángeles y de Chicago lo mostrarán llevando solamente tres valijas. La pequeña ha desaparecido.

En Chicago se aloja en el Hotel Plaza O’Hare, donde el recepcionista, al ser interrogado meses después, recordará que le pidió una curita.

El 13 de junio, el día después de los asesinatos, una multitud se congregó frente a la casa de Nicole Simpson en Brentwood, California (Photo by Vinnie Zuffante/Archive Photos/Getty Images)

 

 

Sospechoso de asesinato

La policía de Los Ángeles suele ser rápida y eficiente, pero cuando de molestar de noche a un famoso se trata, generalmente espera hasta la mañana. Por eso, recién a las 8 del 13 de junio, el jefe de Homicidios Keith Fuhrman ordenó a los detectives Tom Lange, Philip Vannatter, Ron Phillips y Mark Fuhrman a la mansión de Simpson con la misión de notificarle el asesinato de su ex esposa.

Llaman por el intercomunicador pero no reciben respuesta. Después de media hora de espera, el detective Fuhrman – aunque no tiene una orden de allanamiento – salta la pared y recorre el parque. Cerca del garaje encuentra el auto de Simpson y ve que tiene manchas de sangre en la puerta del conductor.

 

La insólita persecusión de la policía de Los Angeles a la camioneta conducida por OJ Simpson. Fueron 90 minutos a baja velocidad. Al llegar a su casa, el sospechoso se entregó (Photo by Jean-Marc Giboux/Liaison)

 

En ese momento, Kaelin sale medio dormido de la casa de huéspedes e, interrogado por Fuhrman, confirma que el auto es de su amigo. En una primera inspección de los alrededores, los detectives también encuentran un guante derecho Aris Isotoner extragrande que tiene manchas de sangre. No les cuesta sumar dos más dos para saber que es el compañero del que ha quedado en la escena del crimen.

Una hora después, las autoridades emiten una orden de captura para el ciudadano Orenthal James Simpson, sospechoso de haber cometido un doble asesinato.

El amante que no era

Con esas pruebas en su poder y una escena del crimen que puede interpretarse de muchas maneras, la policía elabora una primera hipótesis, que además tiene la ventaja de ser impactante y será reproducida hasta el cansancio por los medios de comunicación: por alguna razón, Simpson fue a visitar a su ex mujer, la encontró con Ronald “Ron” Goldman, su amante, y los mató.

Ron Goldman estuvo en el lugar y el momento equivocado: iba a devolverle a Nicole Brown unos anteojos que su madre había olvidado en el restaurante donde trabajaba este aspirante a actor. El asesino, se supone, lo confundió con un amante de Nicole (Photo by Lee Celano/WireImage)

 

 

Goldman – modelo y aspirante a actor, cinturón negro de karate y mozo de restaurante – terminó así convertido, sin otro indicio que su presencia en la casa de Nicole, en el vértice de un triángulo amoroso inexistente.

La reconstrucción de los movimientos de Nicole y de Goldman esa misma noche más temprano muestran una realidad muy sencilla y dejan a las claras que el supuesto amante, de 26 años, sólo era un joven servicial que, precisamente por ofrecerse a hacer un favor, terminó en el lugar equivocado a la hora equivocada y fatal.

La noche del 12 de junio, alrededor de las 21, Nicole y su madre, Juditha Brown, ocuparon una mesa en el restaurante Mezzaluna Trattoria, en el 11750 San Vicente Boulevard, Los Ángeles. Eran clientes habituales, por lo cual, fueron atendidas con premura y saludadas por el gerente, con quien mantuvieron una breve conversación.

Aunque no le correspondió atenderlas, Ron Goldman también se acercó a saludarlas. Las conocía de otras noches, en las que, entre plato y plato del servicio, solía contarle a Nicole cómo le iban las cosas en sus pretensiones de llegar a triunfar en Hollywood.

OJ Simpson en el estrado: la fiscalía pidió que se pusiera los guantes con los que suponía había asesinado a Nicole Brown. Pero le quedaron chicos y el jurado tomó eso como una prueba decisiva de su inocencia

Después de comer, madre e hija se retiraron alrededor de las 21.30. Nicole dejó a Juditha en su departamento y después se dirigió a su casa. Al rato recibió un llamado de su madre, que le dijo que no encontraba sus anteojos, que seguramente los había dejado olvidados en la trattoria.

Nicole llamó entonces a Mezzaluna y pidió que los buscaran. El gerente le respondió que estaban ahí, que los habían encontrado sobre la mesa. Nicole pidió que se los guardara, que los iría a buscar, pero Goldman se ofreció a llevárselos, un servicio que le costó la vida.

Nunca pudo establecerse con certeza si Goldman ya estaba en la casa de Nicole cuando Simpson llegó y los asesinó, o si llegó cuando el ex futbolista acababa de asesinar a su esposa y eso le costó la vida.

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