Un solo vistazo al mapa de Oriente Medio basta para percatarse de la incómoda posición de Jordania.
Por BBC Mundo
Este pequeño país árabe se ubica en la ruta entre Israel e Irán, dos potencias que se odian e inmersas en una escalada que amenaza con provocar una guerra abierta en esa región del mundo.
El pulso entre ambos ha colocado a Amán en un dilema endiablado que ha hecho evidentes los complejos equilibrios políticos y estratégicos en los que se maneja desde hace décadas un país que no suele acaparar la atención de los medios mundiales.
Lo hizo el pasado sábado, cuando una lluvia de drones y misiles lanzados por Irán y sus milicias afines se dirigía hacia Israel para hacerle pagar por el ataque que destruyó el consulado iraní en Damasco y le costó la vida a varios de sus generales.
Las fuerzas aéreas jordanas se lanzaron a interceptar los proyectiles, en una actuación decisiva para neutralizar el golpe de Teherán contra Israel. Fue el único país árabe que lo hizo.
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