Carlos Sainz es el único piloto que en los últimos 21 Grandes Premios de Fórmula 1 pudo batir a Max Verstappen y Red Bull. El español de 29 años salvó el honor de Ferrari en la temporada pasada y en lo que va de la presente. Sin embargo, en Maranello decidieron desvincularlo para 2025 y será reemplazado por Lewis Hamilton. Parece una broma, pero aún no tiene su futuro confirmado en la Máxima y se convirtió en uno de los corredores más cotizados de cara al venidero ejercicio.
Pero el madrileño, hijo del legendario Matador, homónimo suyo y que en enero ganó su cuarto Rally Dakar, está tranquilo porque el horizonte lo vislumbra dentro de la categoría. La chance más concreta sería en parte gracias su propio padre, cuyo último triunfo en la carrera más dura del mundo fue con el coche híbrido de Audi, marca que ingresará en la F1 como proveedor de motores en 2026 y también tendrá su participación como escudería, pues se juntará con Sauber.
En la edición 2023, Sainz Juniors visitó a su padre en Arabia Saudita e Infobae fue testigo de su muy buena relación con los responsables del equipo alemán. Fue recibido como uno más y hasta acompañó al Matador a algunas etapas y lo siguió por helicóptero. Se notó química entre los germanos y Sainz hijo. De hecho en los campamentos de este año surgió un rumor de una posible presencia del actual piloto de la Scuderia con Audi, en el Rally Dakar 2026.
Al conocer el mundo interno de Audi y habiendo empezado a generar relaciones con los popes del equipo en el Rally Dakar, el español sabe de lo que son capaces. Por caso, por primera vez en 45 años de historia lograron que un auto con motor eléctrico gane en la legendaria prueba de largo aliento. En medio de la arena, la tierra, agua, las piedras, algo tan sensible como las baterías y un impulsor eléctrico sobrevivió y venció sobre el resto. Fue un hito. Sainz sabe que Audi no ganará de la noche a la mañana en la F1, pero está seguro que los teutones tienen con qué poder lograrlo.
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