La rebelión de los Ícaros, por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

La rebelión de los Ícaros, por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

 

Uno de los momentos más eminentes de la historia reciente de Venezuela la protagonizaron los jóvenes “escuderos” en su épica protesta contra la tiranía más feroz que haya conocido América: el chavismo. Con sus delirantes y coloridos atuendos, sus escudos de cartón, hojalata o madera, sus camuflajes tan rebeldes como surreales emigrados de un pensamiento de García Márquez, enfrentaron las balas asesinas de la peste chavista y triste y desgarradoramente los vimos caer ensangrentados, desorbitada su mirada, desvanecidos sus cuerpos, malheridas sus alas hasta fallecer por su sueño de libertad.





Creo que se ha escrito y creado audiovisualmente poco respeto a este evento excepcional de nuestra historia, creo además que si alguna acción ha sido tan dantesca como sublime fue la que protagonizaron estos niños maravillosos y ejemplares.

Centenas de balas asesinas se incrustaron cabezas inocentes y en diminutos corazones patrios para aniquilarlos. Neomar, sus palabras que he catalogado las “palabras del siglo XXI” venezolano por su hermosura y profundidad: “La lucha de pocos vale por el futuro de muchos”.

No oculto ni ocultaré jamás la conmoción que causó en mí el episodio La rebelión de los Ícaros, no oculto tampoco que de todos los episodios es el único que representa los colores de la bandera tricolor porque esos niños encarnaron la bandera, fueron ella. Todos los demás episodios estaban manchados de negro (petróleo), de rojo (sangre derramada) y café (la tierra enlodada). Había que rendir un homenaje a los “hijos infinitos” de Venezuela, a los hijos de Bolívar, Páez, Andrés Eloy y Simón Díaz, a los hijos del viento, del agua, de la tierra y del fuego tallado sobre ideales ancestrales de justicia y libertad que representan a la nación.

Gloria a los hijos infinitos venezolanos que llenaron nuestras plazas, puentes y calles con su furor, porque cuando gritaron no supimos si era nuestro grito o el de ellos, y si le sangra la vida y se quejan, no supimos si el ¡ay! fue suyo o si su sangre era nuestra.

La caída de nuestros Ícaros, de nuestros soñadores en su ascenso al sol de la libertad jamás lo olvidaremos y pronto, muy pronto, recibirán el honor que merecen esos héroes de viento y lumbre.

Nota: mañana domingo 21 de abril no te pierdas LA REBELIÓN DE LOS ÍCAROS por EL canal de YOUTUBE CHAVISMOLAPESTE.

Compártelo, el país nos grita, la historia nos obliga. No es tiempo de líderes, es tiempo de próceres…

¡Viva la libertad! ¡Viva Venezuela!