El juicio contra Daniel Sancho en Tailandia entra este martes en una semana clave, durante la que declararán los últimos testigos de la Fiscalía y testificará el español, que por primera vez relatará ante el juez su versión sobre el supuesto asesinato de Edwin Arrieta, del que se declara no culpable.
El Tribunal Provincial de Samui (Sur de Tailandia ) acoge mañana la primera sesión de las cuatro de esta intensa semana, en la que testificarán dos médicos forenses y el policía encargado de interrogar a Sancho, el teniente coronel Somsak Norud.
La declaración de Somsak, un veterano policía de la comisaría de Phangan, la isla donde se cometió el supuesto asesinato el pasado 2 de agosto, pondrá fin a los testigos llamados por el fiscal, Jeerawat Sawatdichai.
El juicio, que continúa celebrándose a puerta cerrada y rodeado de una enorme atención mediática, contará además este martes o miércoles con la declaración del abogado español Juan Gonzalo Ospina en representación de la familia del cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta.
El equipo jurídico tailandés nombrado por la familia Arrieta, que actúa como coacusación junto al fiscal, solicitó que los padres de la víctima, Ana Marcela Arteaga y Leovaldo José Arrieta, de 76 años, testificaran por videoconferencia, algo que fue rechazado por el juez.
Como alternativa se barajó en los últimos días que fuese Darling Arrieta, hermana de Edwin, quien viajara hasta Tailandia, pero la necesidad de visado hacía de los plazos para obtenerlo un escollo insalvable para cumplir con lo solicitado por el tribunal.
Con la declaración de Ospina quedaría terminada la fase de la acusación, que con él habría contado con unos 28 testigos, y la defensa de Sancho empezará a llamar a los suyos, unos 25, según el listado presentado ante el juez antes del inicio del juicio oral.
El primero en declarar por parte de la defensa será el miércoles o el jueves el propio Daniel Sancho, de 29 años, seguido de su padre, el actor Rodolfo Sancho, que ha acompañado a su hijo en todas las sesiones del juicio celebradas hasta ahora.
La Fiscalía tailandesa acusa a Sancho del asesinato premeditado de Arrieta y de otros dos delitos, el de ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena, por el pasaporte del colombiano, y el español se enfrenta a una condena máxima de pena de muerte.
En la primera sesión del juicio, que arrancó el 9 de abril y que tiene previsto concluir el 3 de mayo, Sancho se declaró no culpable de haber planeado el asesinato de Arrieta, pero aceptó por primera vez haber hecho desaparecer su pasaporte, así como haber desmembrado el cuerpo del colombiano, cuyos restos aparecieron en varios puntos de la isla de Phangan, incluido el mar.
En unas declaraciones a EFE el pasado 13 de marzo, Sancho aseguró que estaba convencido de que iba a ser absuelto porque la muerte de Arrieta se produjo durante una pelea en defensa propia que él no había comenzado.
“Me siento con ganas de afrontarlo, de que por fin se me escuche y poder aclarar las distorsiones, los malentendidos y todas las mentiras que se han dicho”, dijo el joven.
El padre del acusado, Rodolfo Sancho, también tiene previsto subirse al estrado el mismo día 25 o el 26, dependiendo del ritmo de las declaraciones, que se van ajustando a diario.
La defensa ha llamado a declarar esta semana a varios agentes que estuvieron implicados en la detención y custodia policial de Sancho, que acudió a la comisaría de la turística isla la noche del 3 de agosto para denunciar la desaparición de Arrieta y fue detenido formalmente dos días después, tras confesar el crimen.
Sancho y Arrieta se habían conocido en 2022 a través de Instagram y se vieron en varias ocasiones en España antes de quedar en la turística isla tailandesa de Phangan el pasado agosto. EFE