El 28 de abril de 1945, hace hoy 79 años, moría Benito Amilcare Andrea Mussolini, ejecutado por partisanos, cumpliendo el mandato emanado del Comité de Liberación Nacional de la Alta Italia (CLNAI). Junto al Duce, fue ajusticiada su amante, Claretta Petacci. La joven había tenido posibilidades de escapar los días previos -el propio Mussolini había hecho arreglos para que ella y sus familiares se pongan a resguardo-, pero decidió acompañar al fundador del fascismo hasta los últimos instantes. Así terminó compartiendo su trágico final.
Por Infobae
Esta es la versión oficial de la muerte de Mussolini, la vulgata, como la bautizó Renzo De Felice, el historiador que dedicó su vida a investigar al dictador y su régimen. Ocho décadas después se sigue enseñando de esta manera en las escuelas italianas. Sin embargo, los puntos flojos y las contradicciones de los relatos fundantes de este episodio, las versiones encontradas de los testigos y la falta de documentos hicieron que a lo largo de los años varios investigadores pusieran el foco en el asunto, intentando desentrañar y aclarar lo verdaderamente ocurrido.
Así surgieron nuevas teorías y versiones, algunas plausibles, otras no tanto, muchas con relatos fantasiosos. Con el correr de los años, aparecieron testigos estelares, se habló de supuestas conspiraciones detrás de la muerte de Mussolini y hubo investigadores que incluso arriesgaron sobre la posibilidad de que se haya tratado de un suicidio. Los que propalaron esta última versión recordaban que el Duce ya había pensado en quitarse la vida mientras estuvo prisionero tras la caída de su gobierno, en julio de 1943.
La versión oficial, con dudas y contradicciones
La vulgata asegura que la tarde del 28 de abril de 1945 el colonnello Valerio -cuyo nombre real era Walter Audisio-, ayudado por otros dos partisanos, Guido (Aldo Lampredi) y Pietro (Michelle Moretti), se dirigió a Giulino di Mezzegra buscar a Mussolini al lugar donde permanecía detenido. La “cárcel” era la casa de una familia de campesinos, los De Maria. Allí habían sido llevados el líder del fascismo y la Petacci tras su detención. En esa vivienda permanecían bajo custodia de otros dos partigiani, Sandrino (Guglielmo Cantoni) y Lino (Giuseppe Frangi).
Para leer la nota completa, aquí