“Uno cuánto se mata sembrando la matica de coca… y saber que ahora a nosotros mismos nos toca pelarla con nuestras propias manos porque esto ya no está dando nada”.
Por BBC Mundo
Esa realidad que describe un cultivador de coca colombiano en un video de TikTok mientras erradica arbustos de coca es reflejo del momento de inestabilidad que atraviesa el mercado de la coca en el mundo e impacta principalmente a los países productores.
Cientos de familias en ciertas regiones cocaleras han tenido que enfrentar una caída del precio del producto que, pese a los altos riesgos que supone, es en muchos casos la opción de trabajo más rentable que tienen.
Es un fenómeno que se explica en parte porque los cultivos de coca y la producción de cocaína, de acuerdo con los datos más recientes, han alcanzado su máximo histórico.
Colombia, Perú y Bolivia (la región del mundo que satisface casi toda la demanda de esa droga) sumaban en 2022 unas 355.000 hectáreas de coca cultivadas.
Ese dato representa un incremento sustancial frente a las 316.000 hectáreas que se censaron para 2021 y las 234.000 que había en 2020.
“Hay muchísima cocaína en Colombia, hay más cocaína en Bolivia y Perú, hay más opciones en dónde comprar y hay más cocaína en todo el mercado. Esto le da al traficante la libertad de poner nuevas condiciones”, explica Ana María Rueda, coordinadora de la línea de política de drogas de la Fundación Ideas para la Paz.
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