El duque de Sussex asistió este miércoles a un servicio celebrado en la Catedral de San Pablo, en Londres, durante una breve visita al Reino Unido realizada con motivo del décimo aniversario de los Juegos Invictus.
El príncipe Enrique, hijo menor del rey británico Carlos III, viajó al Reino Unido sin su esposa, Meghan, para intervenir esta semana en varios eventos relacionados con la competición deportiva en la que participan los veteranos de guerra, hombres y mujeres, heridos en conflicto.
Por su parte, el monarca británico, quien actualmente se somete a un tratamiento oncológico por un cáncer no especificado, asistió hoy a otro acto celebrado en los jardines del palacio de Buckingham, en la capital británica, si bien sus agendas oficiales no preveían que padre e hijo fueran a encontrarse.
Un portavoz del duque ya indicó ayer que el “programa apretado” que cumpliría el rey hacía imposible un encuentro entre ambos.
Según mostraron los medios locales, una multitud se congregó a las afueras de la catedral para saludar a Enrique, que al entrar en el templo saludó a su tío, el conde Spencer, hermano de su madre, la fallecida Diana de Gales.
El príncipe Enrique, que ahora vive en California (Estados Unidos) con su mujer, Meghan, y sus dos hijos pequeños, Archie y Lilibet, vio a su padre por última vez al poco de que el rey anunciara el pasado febrero que está siendo tratado por un cáncer no especificado.
Desde entonces, el soberano ha vuelto a desempeñar algunos compromisos públicos pero continúa recibiendo tratamiento médico.
Tampoco se prevé que Enrique vaya a coincidir con su hermano mayor, el heredero al trono británico, Guillermo, ni a su cuñada, Catalina, quien también está siendo tratada por otro cáncer no especificado.
EFE