Los candidatos de la elecciones catalanas de este domingo se han pasado toda la campaña anunciando la profecía de que estos son unos comicios decisivos para el futuro de Cataluña y de la Legislatura nacional. Esta noche echarán el cierre a su competición por el voto con un estado anímico que coloca a Junts en cabeza de la lista de los más satisfechos con el resultado de su estrategia de campaña. Las urnas dirán si está o no fundamentada esa alegría que manifiestan desde el partido de Carles Puigdemont, y que explican en los cinco “pecados” que ha cometido Pedro Sánchez con el ex presidente de la Generalitat.
Por larazon.es
1. Evitar la confrontación. Esto ha permitido a Puigdemont salir de la campaña sin manchar su auto denominada condición de “presidente en el exilio “.
2. El regalo de la amnistía. No se ha hablado del perdón judicial a los independentistas inmersos en procesos vinculados al “procés”. Por su propio peso se cae la propaganda sobre que la amnistía era un clamor en Cataluña y una medida necesaria para la convivencia. A los catalanes les da igual, divide a los votantes del PSC, pero marca un antes y un después porque Puigdemont estará en el Parlamento catalán en la investidura. La amnistía solo ha sido útil en campaña a Puigdemont, con la ilusión de su retorno.
3. La expectativa de más cesiones. Si Sánchez ya lo ha hecho, ¿por qué no lo va a volver a hacer? Ésta ha sido una de las ideas que ha manejado Junts, sin caer en la radicalidad, pero dejando muy claro a sus seguidores que, además de ocuparse de problemas que ERC ha desatendido, con ellos tienen garantizado que el pulso a España seguirá en alto, y que, además, ellos sí se cobran las facturas.
4. Debilitar a ERC. Después de su alianza con el PSOE en Madrid, los de Pere Aragonès aparecen como posible llave del futuro Gobierno, pero obligados a elegir entre susto y muerte, lo que puede llevar al bloqueo y a la repetición electoral. Tienen muy difícil no apoyar a Puigdemont si queda segundo, y hay opciones de una mayoría independentista, pero también es muy complicado para sus bases entender que hacen presidente a un socialista como el ex ministro Salvador Illa, con un perfil conservador para la parroquia de ERC, pese a sus guiños de última hora al independentismo.
5. La polarización que obsesiona a Moncloa. Ayuda a los extremos, también en Cataluña, y hace más probable la irrupción de Alianza Catalana en el Parlamento. Hay un voto de cabreo, radicalizado, al que la política de Madrid ha servido de caldo de cultivo.