En los últimos meses, la figura de la mujer ha tomado un rol destacado en la articulación de los movimientos que ha dado la oposición venezolana, de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.
Por Corresponsalía lapatilla.com
Con María Corina Machado ejerciendo el liderazgo, otras mujeres han asumido vocerías en partidos políticos de la oposición y han estado encabezando recorridos por distintas regiones del país, un movimiento que en años anteriores no era tan visible.
En la reunión del pasado 19 de abril, en la que representantes de los partidos de la Plataforma Unitaria (PU) decidieron que Edmundo González Urrutia sería el candidato opositor, mujeres como Andrea Tabares, secretaria general de La Causa R; Deyalitza Aray, directora nacional de política de Proyecto Venezuela (PV); María Beatriz Martínez, presidenta de Primero Justicia; y Delsa Solórzano, presidenta de Encuentro Ciudadano, tuvieron una participación clave y contundente.
“En el caso nuestro, la conformación de lo que es la Plataforma, que es el escenario de la política nacional en el país, ahí estamos incorporadas seis mujeres conocidas en el país y que le estamos dando la cara, no solamente a nuestros compañeros de la Plataforma, a nuestros compañeros del mundo político, sino además a esas mujeres de nuestras comunidades, de nuestros sectores, de cada uno de esos espacios, porque están viendo en nosotras el reflejo de lo que somos en líneas generales. Con capacidad de atender situaciones de envergadura, con capacidad para mediar, con capacidad para conciliar, con capacidad para tomar decisión y con capacidad de demostrar que estamos aquí para ayudar en este momento a que el país, la región y en el mundo se siga avanzando en la visión de las mujeres como instrumentos real y con capacidades plenas para cualquier escenario, cualquier cargo por el que decidamos nosotros ostentar o participar en el área que sea”, afirmó Deyalitza Aray, directora nacional de política de Proyecto Venezuela, en entrevista para lapatilla.com.
Aray comentó que, aunque recientemente se ha visto mayor participación de la mujer en el ámbito político, todavía falta mucho por hacer. Apuntó que tras la inhabilitación política de María Corina Machado y la posición del Gobierno de no permitir la inscripción de Corina Yoris como candidata presidencial, el chavismo bloqueó la participación femenina directa en los próximos comicios.
“Ahorita en el ejercicio político es lamentable que, por ejemplo, en el tarjetón electoral para las próximas elecciones no haya un rostro de ninguna mujer, todos los candidatos son hombres. Lamentablemente, las dos que había no están, no aparecen, entonces en esa área evidentemente que tenemos que seguir esforzándonos para que esas cosas no pasen, porque la mujer venezolana, la mujer latinoamericana, la mujer en general ha demostrado suficientemente capacidad, talento y ha demostrado, incluso, un elemento que es fundamental que es la empatía, la identificación de verdad con aquellos elementos que nos hacen coincidir con mujeres y con el resto de la sociedad. Falta un reconocimiento real, que no nos vean en el ámbito de competiciones absurdas, sobre todo en el ámbito del tema del género, sino que nos vean de verdad en la misma condición, en los mismos elementos de igualdad, porque las mujeres hemos sido capaces de demostrar que sí podemos hacer no solamente una cosa, podemos hacer muchas cosas y además hacerlas bien”, subrayó la directora nacional de Proyecto Venezuela.
Masculinización del poder
Para Cristina Ciordia, coordinadora de Incidencia del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) e investigadora del informe “Participación política de las mujeres en Venezuela. Construyendo caminos para la paz y la democracia”, elaborado en 2023 por Cepaz para la Red Electoral Ciudadana (integrada por Cepaz, Voto Joven y el Observatorio Global de Comunicación y Democracia), el bloqueo ilegal de la inscripción de la candidatura presidencial de Corina Yoris tiene marcado un componente de género.
“El proceso político actual ha sido un lamentable ejemplo de ello, con el bloqueo ilegal a la inscripción de Corina Yoris. Porque en el caso de María Corina Machado, aun cuando por supuesto la inhabilitación que pesa sobre ella es ilegal e inconstitucional, digamos que podríamos imaginarnos un escenario en el que si María Corina hubiera sido un hombre, esto habría operado de una manera similar. Pero el bloqueo a la candidatura de Corina Yoris, cuando una candidatura, llamémosla equivalente, como la que está haciendo Edmundo (González Urrutia), sí se permite, ya tiene un componente de género que resulta absolutamente preocupante”, resaltó.
Ciordia aseveró que en el país existe una “masculinización del poder” y el liderazgo político de María Corina Machado no debería interpretarse como la “predominancia de la mujer en el sistema político”, sino que más bien “es una excepción que confirma la regla de la masculinización” que impera en el país desde hace muchos años.
Progreso paulatino
La directora nacional de política de Proyecto Venezuela comentó que a pesar de que las mujeres, generalmente, son quienes han asumido las riendas del hogar, la familia, las luchas sociales, ese papel de liderazgo ha permanecido tras bastidores, por lo que considera importante que vaya creciendo el número de mujeres en cargos políticos de envergadura.
“Sabemos que tenemos mucho todavía por delante, pero que estemos abriendo el camino para que la mujer tenga ese rol preponderante en la toma de decisiones. Yo creo que estamos dando muestra de que por ese camino vamos, porque además también se ha comprobado que el país tiene una reserva política encarnada en mujeres que han estado al frente de organizaciones, de movimientos y de la lucha por los derechos. Estoy hablando de la lucha social, la lucha por los derechos de la mujer, la lucha por los derechos ciudadanos, la lucha por la participación dentro de las mismas organizaciones políticas en las que son parte, está dando fruto y hoy vemos con mucha satisfacción cómo en ese escenario político hay nombres de mujeres reconocidas en el país”, dijo Aray.
Por su parte, la coordinadora de Incidencia del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) afirmó que sí se ha evidenciado una mayor participación de las mujeres en la vida política y pública. Sin embargo, aclaró que ese aumento “ni es suficiente ni es lineal”.
Puntualizó que si se comparan las elecciones de alcaldes y gobernadores de 2017 con la de 2021, hubo una disminución con respecto al número de mujeres electas a esos cargos.
El informe para la Red Electoral Ciudadana destaca que en el año 2017, el liderazgo femenino había logrado representar a 76 municipios del país, mientras que en año 2021 la cifra se redujo, y actualmente son 62 los municipios que se encuentran liderados por una mujer.
“O sea, hay menos mujeres alcaldesas y gobernadoras hoy en ejercicio, de las que hubo en el periodo 2017-2021. Entonces, como decía, sí hay un aumento, pero ese aumento ni es lineal ni es suficiente”, recalcó Ciordia.
Según datos de ONU Mujeres, hasta el 1° de enero de 2023, las mujeres en América Latina y el Caribe representaban el 30.1 % de las ministras de gabinete. En el listado, que incluye 200 países, Venezuela está en el número 63.
Igualdad solo en papel
En Venezuela existe igualdad ante la ley entre hombres y mujeres en la garantía de sus derechos políticos. Pero, en la práctica, la realidad es otra.
Ciordia señaló que, aunque en términos legales no hay limitaciones para las mujeres, con respecto a los hombres, en el ámbito político, en la vida diaria, no están garantizados esos derechos para las mujeres.
“A eso lo llamamos igualdad sustantiva. Aun cuando exista una igualdad legal, no existe una igualdad sustantiva entre los hombres y las mujeres venezolanas en su capacidad de acceder a espacios políticos, espacios públicos y espacios de toma de decisiones”, aseveró Ciordia.
Discriminación política
Aunque la mayor parte de la militancia política y estructura interna de los partidos políticos en Venezuela está conformada por mujeres, generalmente, al momento de ocupar espacios de alta jerarquía, son excluidas.
Ciordia explica que este fenómeno se debe, en parte, a los “liderazgos piramidales”, donde a medida que el poder aumenta, la presencia de las mujeres disminuye, manteniéndose las féminas en la base de las organizaciones.
“¿Qué explica eso? Una serie de cosas. En primer lugar, discriminación a lo interno de los partidos políticos. Eso es un hecho que está amplísimamente documentado (…) Un segundo tema es que las mujeres viven una afectación diferenciada a la violencia política por razones de género. La violencia política en Venezuela está ampliamente extendida, como bien sabemos, pero cuando esa esfera se cruza con la violencia política de género, por cierto, un fenómeno en el que ha sido amplísimamente víctima María Corina Machado, encontramos que la afectación a las mujeres es particularmente agravada y eso genera un efecto inhibidor, no solo a las mujeres que ya son parte, por ejemplo, de las estructuras partidistas, sino a las que podrían aspirar a serlo y temen el verse víctimas de estos procesos de violencia política de género y se autoinhiben de participar en espacios de toma de decisiones o en procesos de liderazgo”, detalló la investigadora.
Agregó que otro de los factores que influye en este fenómeno es la mentalidad que se ha construido sobre la base de siglos de discriminación hacia las mujeres y que todavía permanece en sectores de la sociedad.
“Todas estas trabas históricas son problemas con los que todavía estamos luchando, que han calado en nuestra mentalidad, en la forma en la que entendemos el papel de las mujeres en la sociedad, y que si bien es un proceso transformacional que empezó, está en desarrollo y ha tenido indiscutibles consecuencias para la ampliación de la participación de las mujeres, sigue generando importantes limitaciones en espacios tradicionalmente dominados por hombres como, por ejemplo, los partidos políticos”, mencionó.
Paridad de género
El informe “Participación política de las mujeres en Venezuela. Construyendo caminos para la paz y la democracia”, también destaca la importancia de contar con una normativa robustecida y eficiente para que los procesos electorales sean paritarios.
Sin embargo, el texto expone que en Venezuela las iniciativas de promulgación de normativas para incluir a las mujeres en los procesos electorales y en los espacios públicos y políticos terminan siendo meramente simbólicas, “pues desde el Estado se muestra una intención de paridad que no se ve reflejada en los procesos electorales”.
“Si bien el CNE en los distintos procesos electorales promulga reglamentos, estos reglamentos no siempre se exige su cumplimiento, no tienen previsiones para evitar, por ejemplo, que se rellenen con mujeres espacios que los partidos políticos saben que no van a ganar, o que se rellenen espacios, como hablábamos antes, de esta estructura piramidal que están más abajo y que no van a llegar a las posiciones de liderazgo, y hasta que eso no se codifique en una ley y no haya otra alternativa para los partidos más que inscribir, y para inscribir entonces aceptar, formar y promover dentro de sus estructuras a los liderazgos de mujeres, este cambio, esta transformación no va a ser la que necesitamos que sea”, consideró Ciordia.
Indicó que los derechos de las mujeres no es un tema que se deba dejar en segundo plano. A pesar de que en el país exista crisis política, económica y social, afirmó que todos los problemas deben atenderse.
“Los derechos de las mujeres suelen caer en ese salto del ‘para después’ y eso tiene al menos dos graves problemas. Lo primero es que estamos diciéndole de frente a la mitad de la población que sus derechos son más importantes y estamos acordando como sociedad que hay ciudadanos de primera y de segunda categoría. Pero, lo segundo, es que eso es profundamente antidemocrático. La democracia es en su conceptualización misma la inclusión, la participación de la ciudadanía en la toma de decisión. Y si tú tienes a, repito, la mitad de la población en una condición en la que su participación no es sustantivamente igual, entonces tú no tienes una democracia”, afirmó.