Francia intensificó este miércoles la caza de Mohamed Amra, el reo que se fugó en una espectacular operación en la que fueron asesinados dos funcionarios de prisiones, por lo que este delincuente relacionado con el narcotráfico se ha convertido en el hombre más buscado del país.
Los tres agentes heridos en el asalto evolucionan favorablemente y ya no se teme por su vida.
Casi medio millar de agentes participan en la búsqueda de ‘El Mosca’, cuya foto cuelga en las paredes de las comisarías de todo el país y de buena parte del extranjero, porque Interpol emitió una orden de captura a los servicios policiales de todo el mundo.
El dolor de las horas que siguieron al doble asesinato ha dejado paso a la rabia y la determinación para encontrar a ese comando: “Están siendo perseguidos, serán encontrados y pagarán por lo que han hecho”, afirmó ante el Senado el primer ministro, Gabriel Attal.
“Esperamos en los próximos días volver a arrestar al detenido así como a la banda de asesinos”, declaró en la radio RTL el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
El grupo de élite de la gendarmería, el GIGN, encabeza la búsqueda de los huidos.
El Gobierno ha destacado en esa caza “medios excepcionales” y no tiene previsto “dejar ningún esfuerzo” para dar con ellos, señaló el jefe del Ejecutivo que se limitó a añadir que “la investigación progresa”.
El perímetro de búsqueda intensa levantado a los pocos minutos del tiroteo, con varios cientos de agentes que filtraron las carreteras y helicópteros sobrevolando la zona, no dio con el comando criminal, que fue borrando pistas en su huida.
Buscado también en el extranjero
El perímetro es ahora más amplio y las pesquisas llevan a otros terrenos, como el de la inteligencia, pero las autoridades no quieren dejar el mínimo resquicio a su huida.
Incluido el extranjero, lo que explica que Francia pidiera a Interpol que lanzara una “alerta roja” sobre Amra, para internacionalizar la caza.
El prófugo había sido condenado la semana pasada por robos con circunstancias agravantes, la última de trece sentencias por delitos menores, pero sobre su figura pesaban acusaciones más serias, de complicidad de asesinato relacionadas con el tráfico de drogas, dos en Francia y una en España.
El diario Le Parisien revela que dos días antes de su fuga había intentado escaparse de su celda serrando los barrotes de la misma.
Pese a ello, no era un reo especialmente vigilado y su abogado dibujaba este miércoles el perfil de un delincuente común que nada hacía prever que se encontrara en el centro de una fuga tan espectacular y criminal.
Tampoco su madre, que en declaraciones a RTL aseguró que llevaba meses sin tener contacto con su hijo y que dijo estar igualmente sorprendida de lo que ha hecho.
El contraste entre el perfil del prófugo y la magnitud de los medios implicados en su fuga, con armas de guerra, y la determinación de los cuatro asaltantes, ha hecho emerger la hipótesis de en realidad fuera secuestrado para evitar su testimonio contra algún pez gordo del narcotráfico.
Porque su nombre aparecía asociado a un asesinato cerca de Ruán, otro en Marsella, además del intento de asesinato de un ciudadano francés en la ciudad española de Marbella, en el sur del país.
Pero no figura como una pieza importante del tráfico de drogas, lo que convierte en sobredimensionado el golpe que se puso en marcha para liberarle, cuando regresaba a la cárcel de Ruán tras haber testificado ante un juez de Évreux, a las afueras de París.
Los armas de guerra de los asaltantes hicieron inservibles las pistolas y los chalecos antibalas de los funcionarios, una desproporción que provocó la cólera de los funcionarios, que animados por la rabia por la pérdida de sus dos compañeros, convocaron manifestaciones y bloqueos en todos los centros penitenciarios del país, que seguirán este jueves.
Sus representantes sindicales fueron recibidos por el ministro de Justicia, Éric Dupont-Moretti, que les prometió más medios y un armamento más adecuado, según contaron a la salida del encuentro. EFE