El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no asiste este lunes a la vista en el Tribunal Superior de Londres que decidirá si autoriza su extradición a Estados Unidos o si, en cambio, le permite seguir recurriendo en el Reino Unido.
Por razones de salud, según su abogado Edward Fitzgerald, el australiano de 52 años no está presente en persona en una audiencia en la que la Fiscalía británica, en representación de Washington, y la defensa expondrán sus alegatos, antes de que la corte emita su fallo en esta misma jornada o en otra fecha.
La asistencia o no de Assange, que no ha sido visto en público durante mucho tiempo, era un gran interrogante debido a sus problemas de salud física y mental, que ya le impidieron acudir a otra audiencia en febrero.
En una rueda de prensa el pasado viernes, su esposa y madre de sus dos hijos menores, Stella Assange, confirmó que su estado sigue siendo precario, tras más de cinco años en prisión preventiva en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh.
Los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson evaluarán este lunes las garantías ofrecidas por Estados Unidos sobre el tratamiento que recibirá el programador informático de ser extraditado a ese país, que su defensa ya ha tachado de insuficientes.
El pasado 26 de marzo, los magistrados autorizaron provisionalmente a Assange a recurrir partes de su caso si, en un plazo determinado, Washington no presentaba garantías de que no le aplicará la pena de muerte; no se le discriminará por su nacionalidad no estadounidense y podrá ampararse en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege la libertad de expresión.
La defensa alegará que el Gobierno estadounidense no ha garantizado adecuadamente en particular el punto relativo a la Primera Enmienda, dado que, en su informe remitido a la corte en abril, matizó que solo la Justicia estadounidense puede decidir durante un eventual juicio allí si se le aplica o no.
EEUU acusa a Assange de 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal WikiLeaks, que en 2010 y 2011 expuso violaciones de derechos humanos del Ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
Si, tras escuchar a las partes, el tribunal autoriza su entrega, esta podría ejecutarse con efecto inmediato, aunque la defensa intentará impedirlo pidiendo un orden cautelar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Si, por contra, admite su recurso sobre los tres puntos mencionados, empezará otro proceso judicial que podría prolongarse en el tiempo.
EFE