El funcionamiento de los hospitales en el país y la política de distribución de alimentos a precios subsidiados, mediante el mecanismo Clap, no son bien calificados por los venezolanos, debido a carencias y fallas en el suministro de insumos y comestibles.
Esta es una de las conclusiones de la investigación del Observatorio de Gasto Público -OGP- de Cedice Libertad del mes de abril y en donde se evidencia que el ciudadano aspira a un cambio de modelo de gerencia que mejore sustancialmente atención a los usuarios de los servicios públicos.
La medición del OGP recolecta información sobre el desempeño de servicios básicos en términos de continuidad, cobertura y calidad y se ejecuta la búsqueda de palabras clave en las redes sociales, lo que permite analizar las alertas que registran los ciudadanos con relación a los servicios básicos, las denuncias o reportes de fallas en los servicios, además de la revisión de 25 medios digitales para constatar las denuncias ciudadanas. También se ejecuta una encuesta digital dirigida a 2.300 personas desplegadas en todo el territorio nacional, con el apoyo de corresponsales voluntarios en 10 localidades.
Sistema de Hospitales
El 92% de los encuestados por los investigadores de Cedice asegura que los hospitales tienen severas deficiencias de infraestructura: falta de agua corriente, fallas de electricidad, ascensores cerrados, servicios de salud clausulados, falta de insumos y ausencia de personal de apoyo por bajos sueldos.
Casi el 50% de los encuestados tuvo un familiar o conocido recluido en un hospital por algún accidente o emergencia. Los entrevistados enfatizaron que debieron llevar todos los insumos para poder ser atendidos. En algunos casos hasta solicitan artículos de oficina pues el personal médico carece de material tan elemental como bolígrafo y papel.
El 80% de los encuestados denunció que la mayor parte de los servicios de los hospitales de sus localidades están clausulados: Banco de sangre, cardiología, oncología, traumatología, entre otros, teniendo que ir a otros centros asistenciales, ubicados en estados lejanos o en la capital de la República, o a clínicas privadas.
La pesquisa mensual de Cedice Libertad estimó que entre 5.000 y 7.000 dólares es el promedio del costo de los insumos necesarios para ejecutar una operación cardiovascular de alto impacto. Sin estos materiales es imposible planificar una intervención de este tipo en un hospital especializado.
“La atención en hospitales es precaria. Solo el 10% de los encuestados asegura haber sido atendido con prontitud, el resto fue referido a otro centro asistencial o fue puesto en lista de espera”, advierte el equipo del OGP en su informe.
Puntos de dolor
Los 5 aspectos o puntos de dolor que aquejan más a los venezolanos en materia de infraestructura hospitalaria son:
La red hospitalaria nacional trabaja a mucho menos de su capacidad instalada. Grandes infraestructuras están en desuso por falta de inversión.
La asignación de insumos quirúrgicos y administrativos es discrecional.
Se atienden a pocos pacientes por falta de camillas, médicos, enfermeras e insumos.
La mayor parte de los servicios clínicos y quirófanos están cerrados.
Existe un número muy reducido de ambulancias publicas disponibles para los ciudadanos enfermos que las requieren.
Alimentos a precios subsidiados
En relación con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), programa bandera del gobierno bolivariano, la evaluación de los ciudadanos no fue positiva.
El 91 % de los entrevistados estaría a favor de la eliminación del subsidio y los servicios de distribución, pues los consideran ineficientes; además tienen la esperanza de que puedan escoger y comprar los productos que necesitan mediante su trabajo y no depender de una dádiva estatal de mala calidad.
Una cifra muy elevada, 80% de los encuestados asegura que no utiliza todos los productos que llegan a través de las “bolsas Clap” debido a su mala calidad. Y apenas el 4% asegura que necesita la bolsa para subsistir, siendo este su único mecanismo de adquisición de alimentos al mes.
El 58% destaca las inconsistencias de marcas y la poca confianza que generan para el consumo. En respuesta a la situación, los receptores del subsidio suelen intercambian los productos por dinero en efectivo o por otros que sí respondan a sus necesidades
Finalmente, los participantes en la encuesta hecha por el OGP señalan que los mecanismos de distribución de las bolsas Clap son ineficientes y la mayoría prefiere que la economía mejore para que la gente pueda comprar lo que necesite en el expendio de alimentos de su preferencia.
Puntos de dolor
Los 5 aspectos o puntos de dolor que aquejan más a los venezolanos en materia del programa de alimentos Clap son:
La calidad de los mecanismos de distribución es deficiente. La calidad de los productos es mala.
La mayor parte de los receptores del beneficio de alimentación intercambian los comestibles por otros de mejor calidad.
Heterogeneidad en la calidad y marcas de los productos.
En zonas con problemas de acceso, el pago por concepto de transporte sobrepasa el valor de la bolsa de los productos.
Los cronogramas de distribución no son consistentes.
Es de señalar que a la tradicional pesquisa de los servicios básicos de electricidad, telecomunicaciones, agua, transporte, vialidad y recolección de desechos que formula el monitoreo de Cedice Libertad, se incorporan los ítems categorizados como bienes públicos: salud, educación y el Clap.
Propuestas al país
Para promover mejoras sustanciales en la prestación de los servicios públicos, los investigadores del OGP de Cedice Libertad consideran que se pudiesen privatizar tramos específicos de procesos en materia energética , agua, etc, que permita mejorar y flexibilizar los resultados.
También recomendaron desarrollar una política de alianzas público- privadas, así como las consultas nacionales orientadas a indagar sobre priorizar cual debe ser el uso de los presupuestos nacionales para solventar las carencias en materia de servicios públicos. Aconsejan para identificar en dónde están las oportunidades de mejora de los servicios.
Desde la perspectiva liberal, el equipo del OGP estima que es vital la participación del sector académico para analizar la gestión de las propuestas y su respectivo seguimiento. Además los que se planea la reculturización vial, de transporte público, de concientización para hacer uso racional del agua, entre otros aspectos.
Con información de prensa Cedice Libertad