Esta semana se cumplieron ocho años de una huelga de hambre protagonizada por médicos residentes de postgrado del Hospital Universitario de Los Andes en la ciudad de Mérida que exigían la dotación de los hospitales y el mejoramiento de las condiciones salariales y laborales del personal.
Por Jesús Quintero / Corresponsalía lapatilla.com
La crítica situación en medio de una emergencia compleja, donde los centros de salud carecen de insumos y los familiares de pacientes hospitalizados deben costear casi el 95% de los recursos para que se realicen las intervenciones quirúrgicas porque los almacenes de las instituciones carecen de insumos y solicitan hasta las jeringas para que el personal de enfermería administre los tratamientos endovenosos.
Es de recordar que aquella protesta tuvo lugar en el Colegio de Médicos del estado Mérida, donde los profesionales de la salud han librado batallas en pro de la salud de los merideños.
En esa oportunidad se extendió por más de 140 horas en las que lograron visibilizar la crisis hospitalaria y llamar la atención del gobierno regional de turno, e inclusive una representación de la Asamblea Nacional (2015) se hizo presente.
Para aquel momento, solicitaban la implementación de un programa para la recuperación de los principales hospitales universitarios de Venezuela, también el cese de la persecución y amenaza contra los médicos, solicitudes que ocho años después continúan vigentes.
A esta huelga también se sumaron en ayuno los médicos especialistas María Eugenia Noguera, Susana Chuecos, Nolis Camacho, Gloria Márquez, Rosa de Ferrer y Estrella Uzcátegui.
Asimismo participó el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, quien realizó un ayuno en apoyo a los médicos.
A la fecha la infraestructura de los centros de salud pública continua en declive y los perjudicados son los pacientes que acuden en búsqueda de atención médica preventiva y curativa a las enfermedades que les aquejan y no cuentan con recursos económicos para practicarse las intervenciones quirúrgicas en centros privados.
Los médicos y todos los profesionales de la salud reciben salarios paupérrimos, mientras que con los bonos no cubren el alto costo de la canasta básica familiar y otros gastos.
Médicos, enfermeros y personal de apoyo deben cumplir horarios en varias instituciones para poder sobrellevar el alto índice inflacionario y cubrir las necesidades de la familia como comida, transporte, vestuario, servicios ; ya que con el salario de la administración pública no cubren ni siquiera el 5% de la canasta básica familiar.
Sumado además a la deserción profesional; hombres y mujeres de batas blancas que han migrado fuera del país en la búsqueda de mejores oportunidades laborales y calidad de vida.