A una semana del hallazgo del cuerpo de la soldado Katia Dueñas cerca de la Base Militar de Fort Campbell, su madre Carmen Aguilar reveló las últimas conversaciones que tuvo con su hija.
Por Univision
El cuerpo de Katia fue hallado la noche del sábado 18 de mayo en una habitación de su casa, ubicada a unas 4 millas del campo militar. La joven, de 23 años, era madre de un pequeño de 4 años, que ha quedado a cargo del papá. Por la extraña forma en la que fue hallado el cuerpo de Katia, su muerte es investigada como homicidio, declararon las autoridades.
No hay ningún arrestado, tampoco ninguna pista de qué pudo pasar con Katia. Por lo que la organización LULAC ofrece una recompensa de $25 mil y su madre Carmen Aguilar ofreció unos $30 mil más, para dar un total de $55 mil a quienes den alguna pista o información de la muerte de la joven militar.
Mamá de Katia no quería que su hija fuera militar
Bañada en lágrimas, la señora Carmen Aguilar recuerda que no quería que su hija Katia fuera militar. Temía por el riesgo que implicaba, pero aun así Katia llegó a hacer una carrera militar de 6 años, pues se unió al ejército apenas cumplió los 18 años.
Ahora, a una semana de su muerte, Carmen no ha podido siquiera ir a ver o reconocer el cuerpo de la joven militar.
“Todavía no he visto a mi hija y a veces pienso que esto es una mentira”, expresó, “Ella está en todos los medios, en todas las fotos que ellos proporcionaron y yo quisiera que esto fuera una broma”.
La mujer, originaria de Honduras, recordó cuando Katia era niña y que solían escuchar en la escuela que “sirvieran al ARMY”. Ahora, años más tarde, Carmen Aguilar reclama al presidente Joe Biden la falta de atención a los jóvenes militares y veteranos de guerra.
“El presidente ¿Qué es lo que está haciendo? Se involucra en problema de otros países cuando aquí a dentro no está protegiendo a estas personas”, reclamó.
Las últimas conversaciones de Katia con su madre y hermana
Las personas más cercanas a Katia, su madre y hermana aceptan que la joven pasaba por un mal momento y que incluso podría haber drogas de por medio.
Su madre cree que había una persona que la acosaba y manipulaba dentro del Ejército y que por esta razón Katia pensaba volver pronto a su natal Mesquite y dejar la milicia.
“La última conversación ella tenía muchas ilusiones que ella venía para mi casa”, recuerda la madre.
Incluso, dijo que Katia había aceptado irse a Mesquite o cualquier otra ciudad, pero días después cambió de plan. La familia atribuye a que posiblemente consejeros del ejército le habían dicho a Katia que no era buena idea volver a casa.
“Ella si quería venirse para acá me contó que allí les dan unos consejeros y que allí platicaba, que se sentía que su propósito había terminado”, cuenta la hermana.
“Ellos le dijeron que no era buena idea, que se fuera para atrás y que ella debía vivir por ella misma”.
Su hermana dice que esas fueron las últimas conversaciones con Katia, “Yo trataba de decirle que no, que mejor yo quería hacer más memorias con ella, porque perdí mucho tiempo con ella. Ella estuvo allí 6 años”.
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