El sueño entró desde hace un tiempo a lo que se denomina las principales pautas para una vida saludable. La cantidad de horas, la calidad, así como los factores que pueden incidir (los ritmos circadianos, la hora en que nos acostamos y la exposición a pantallas en la noche), fueron analizados y tomados en cuenta para brindar consejos para un mejor descanso.
Por Clarín
Ahora, una investigación de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y de las de Stanford y Harvard (Estados Unidos), dio un paso más.
En base a la evidencia, exploró otro aspecto: las diferencias en la forma en que duermen las mujeres y los hombres. Tanto las variaciones en sus relojes biológicos así como el impacto que esto tiene en su metabolismo fueron destacadas como cuestiones que se manifiestan de manera diferente.
El artículo publicado en Sleep Medicine Reviews destaca la importancia del papel que desempeña el género a la hora de comprender estos factores, y sugiere que el sexo biológico de una persona debe ser tenido en cuenta al tratar el sueño, el ritmo circadiano y los trastornos metabólicos.
Ellas duermen más, pero peor Los estudios de laboratorio del sueño encontraron que las mujeres duermen más que los hombres, pasando alrededor de 8 minutos más en sueño no REM (movimiento ocular rápido), donde la actividad cerebral se ralentiza.
Las mujeres también entraron en el sueño REM, caracterizado por altos niveles de actividad cerebral y sueños vívidos, antes que los hombres. Aún así, según la revisión, las mujeres califican su calidad de sueño como más baja que la de los hombres y reportan más fluctuaciones en la calidad, lo que se correspondería con los cambios a lo largo del ciclo menstrual.
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