En una rueda de prensa este miércoles 5 de junio, el Fiscal General del chavismo, Tarek William Saab, volvió a arrojar luz sobre su versión de los hechos sobre dos trágicos incidentes.
Por lapatilla.com
Con su característico estilo, Saab recordó la lamentable muerte de Orlando Figuera y el caso del teniente Ronald Ojeda, que tuvo lugar en Chile.
Saab inició su alocución señalando con dedos acusadores a los “manifestantes violentos” de Altamira, quienes, según él, atacaban sin piedad a todo lo que se movía, incluyendo a Figuera, que sólo pasaba “de manera pacífica”.
Por supuesto, no olvidó mencionar los hechos vandálicos a las sedes de la Defensoría del Pueblo, imputando toda la culpa a la “extrema derecha en un intento desesperado por derrocar al gobierno”.
Con la precisión de un historiador selectivo, Saab destacó que las 140 víctimas de aquellos días fatídicos son obra exclusiva de estos sectores. Olvidó, casualmente, mencionar cualquier otro factor que pudiera haber contribuido a la violencia.
La narrativa se tornó aún más dramática cuando Saab habló de su encuentro con la madre de Orlando Figuera, asegurando que la justicia se había cumplido con la detención de Enzo Franchini en España y su posterior extradición a Venezuela.
No obstante, la joya de la conferencia fue el relato sobre la inacción del antiguo Ministerio Público y la implicación de la entonces Fiscal General. Saab no dudó en sugerir que la exfuncionaria promovió la impunidad y permitió que el caos reinara sin control. Según él, esta complicidad es la razón por la cual Figuera fue acusado de infiltrado y quemado vivo.
La presentación de Saab fue una obra maestra de la narrativa oficialista, cargada omisiones estratégicas.