Una cárcel en Suecia tiene un modelo diferente de reinserción para sus presos: los detenidos trabajan en una granja y cuidan vacas. La estrategia del centro de reclusión Rodjan, ubicado en la ciudad de Mariestad, al suroeste de Estocolmo, es brindar estrategias diferentes de rehabilitación.
Por El Tiempo
Esta es la historia
Hace unos años, salió a la luz la historia de Alfred -quien su nombre fue cambiado para proteger su identidad-. Él, al igual que sus 60 compañeros, desempeñaba labores distintas a otras cárceles.
Un día fue capturado por las autoridades y puesto en prisión por posesión ilegal de un arma. A pesar de ser detenido y encarcelado, su impresión cambio, de repente, al conocer las reglas de este espacio: trabajar con vacas y recibir un sueldo por cumplir sus tareas.
En la prisión agrícola de Rodjan, los presos cuidan a las vacas, riegan agua a las plantas, pintan las puertas, cortar el césped y se ocupan de mantener el espacio limpio.
De acuerdo con medios de ese país, ?Alfred, quien está cubierto de tatuajes en los brazos, reveló que es inevitable esconder su felicidad con los animales: “Los quiero. Este trabajo me aporta algo”.
Un modelo de reinserción a la sociedad
Aunque en Suecia se maneja el modelo tradicional de cárceles, en Rodjan, las puertas están desbloqueadas, no hay cámaras de seguridad y los reclusos pueden movilizarse libremente sin ninguna restricción.
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