A los partidos, gremios profesionales y empresariales, sindicatos, entre otros, se les hace difícil reunirse presencialmente, porque donde haya tres o más gatos bajo un techo delibrando, el régimen le cae encima. Las redes digitales ayudan a compensar la falta de recursos para una reunión presencial, pero ésta siempre es indispensable. Por supuesto que estamos conscientes de que además de los costos de movilización, aún en una misma localidad, y de alimentación, no es fácil para los integrantes de una directiva organizar una sesión para deliberar, hablar, como antes ocurría, cara a cara, Esta situación es peor en el caso de los partidos y las individualidades que sean realmente influyentes, decisivos, importantes, en la oposición. Es más fácil armar un fiestón en un edificio residencial un domingo por la noche, o celebrar un rito religioso en un apartamento a cualquier hora, que regularizar el encuentro así sea semanal de la dirigencia partidista en un local seguramente asediado por los grupos oficialistas.
La respuesta ante estas ya prolongadas circunstancias, ha sido la de tomar la calle de manera democrática y pacífica para expresar toda la emoción y el entusiasmo por el cambio político, respaldando abiertamente la genuina fórmula opositora. Esto es, reencontrarse y celebrar la firme esperanza por ese cambio. Y es tal la muchedumbre que no se dan abastos los organismos de inteligencia ni los grupos que pretenden amedrentar a la oposición. ¿Es difícil reunirse confiadamente para hablar del país? Entonces, aquí tienen las grandes avenidas del país que concurren a la cita con Edmundo González y María Corina, la ganadora de las primarias de octubre de 2023.
Ese liderazgo ha marcado un gran interés por las emociones y los sentimientos como elementos centrales de la comunicación política. Más allá de la vanidad ideológica que siempre existe, la prepotencia programática, los gestos envalentonados y desafiantes al cual nos enfrentamos a diario por el régimen, el ciudadano ha preferido ver y escuchar expresiones que despierten emociones y sentimientos positivos; todos quieren sentir a sus candidatos como personas compasivas, altruistas, corteses, humanas, tiernas, amistosas, cordiales; que apelen a lo mejor que llevamos dentro y nos inviten a crecer como individuos y como sociedad en vez de líderes que juegan con nuestros miedos y nuestras necesidades.
Todas estas emociones genuinas han abierto un camino que nos puede llevar al tan esperado cambio, donde el país retome la ruta democrática, siempre por la vía constitucional y de expresión popular como lo es el voto, porque hemos sido víctimas de este régimen que ha utilizado un mal concepto de democracia y de política al aplicar y ejercer la política mal comprendida y la democracia mal ejercida, que han llevado al país y al ciudadano a una descomposición sin precedentes. Este camino de esperanza y vida democrática no lo podemos abandonar, pues en él hemos transitado desde siempre al insistir en la aplicación de una política real y la vivencia de una verdadera democracia; resistir a pesar de los ataques y los fracasos; y persistir en el logro del objetivo real: la libertad del país. Sin dejar de recordar en estos días venideros que en la “Pedagogía del Voto” estará nuestro éxito.
IG,X: @freddyamarcano