Hay frases que sirven como los mantras del Nepal para justificar todo lo existente, o al menos lo que sigue en un escrito, discurso o acuerdo entre países.
Una de ellas es “Transferencia de Tecnología” que se supone ocurre cuando un país X o una compañía, firman acuerdos para producir en otro país determinado bien que evidentemente no se produce en el país receptor.
Revisando la historia de países o compañías que han surgido de la nada… nos encontramos con que en esos casos exitosos los presuntos receptores no tuvieron transferencia de tecnología tal como ingenuamente lo pensamos en Venezuela… donde todo lo arreglamos milagrosamente merced a un hombre o una mujer “heroica”.
Japón sufrió la humillación de ser derrotado bombas atómicas mediante y luego pasó hambrunas, pero trabajando duro y en una dirección llegó a ser puntero en varias categorías industriales.
Y que uno sepa jamás pidió transferencia de tecnología digamos a europeos y estadounidenses a la hora de dedicarse a fabricar motos y automóviles, por poner un ejemplo donde lleva ese país más de medio siglo vendiendo lo mejor a un precio asequible.
Pero es que los yanquis quienes a partir de trece colonias pobres levantaron un imperio que aún es puntero… jamás le pidieron a su madre patria, transferencia de tecnología.
En el caso nuestro llevamos un siglo como país petrolero y sin embargo ahora y antes dependíamos y dependemos de compañías especializadas para explotar nuestro petróleo… que para vergüenza en la isla de Trinidad se explota pero no se vende como crudo sino como productos elaborados.
Colombia se asomó al mundo del petróleo cuando la tecnología y el precio del crudo hicieron económico sacar petróleo en condiciones más difíciles.
Sin embargo y sin pedir transferencia de tecnología Colombia logró posicionarse como gran productor mundial de ropa íntima que como se sabe… salvo la que dicen usa la realeza europea y los zilionarios… usa el petróleo como materia prima.
Nosotros solo ahora que se han facilitado los negocios para jóvenes industriosos, es que comenzamos a hacer nuestras propias pantaletas e interiores.
La transferencia de tecnología que en parte encierra una ingenuidad solo se da cuando las universidades gradúan los técnicos que han de resolver los problemas que encierra una fábrica.
Aquí hablamos de “energía solar”… pero solo una universidad en Falcón gradúa ingenieros de esa especialidad… mientras políticos flojos hablan de transferencia de tecnología… como mantra.