Por qué el Bernabéu es un desastre irremediable

Por qué el Bernabéu es un desastre irremediable

Colas ayer en el Nuevo BernabéuASSOCIATED PRESSAgencia AP

 

He recurrido a esta sección en otra ocasión para aludir a la capacidad depredadora del Santiago Bernabéu. Y no es que el nuevo estadio esté devorando el barrio en sentido urbanístico y literal, sino que se ha propuesto exterminar a los vecinos a cuenta de la programación lúdica, del jaleo de los trailers, del ruido y de los fans que acampan en los aledaños.

Por El Confidencial





El Bernabéu era un estadio de fútbol y ahora es también un estadio de fútbol, de tal manera que su naturaleza polifacética predispone una actividad desproporcionada con la que trata de justificarse la descomunal inversión y con la que pretenden fertilizarse las cuentas del equipo. De tanto pluriemplearse el estadio con conciertos y festivales, igual sucede que ni siquiera el Madrid va a poder aprovechar el césped mullido del estadio.

Exageramos las cosas, pero tiene sentido preguntarse la idoneidad de un centro de ocio de semejante repercusión… negativa. Y no por discutir las cualidades de la cartelera, sino por plantear hasta qué extremo puede degradarse la convivencia, el tráfico y la polución de un barrio tan céntrico.

El interior actual del Santiago Bernabéu.

 

No lo era la explanada del Bernabéu cuando se inauguró en 1947, pero el crecimiento de la ciudad lo ha desplazado de la periferia a la zona nuclear de Madrid. Se ubica junto al río de asfalto de la Castellana. Y congrega uno de los distritos más reputados y cotizados de la capital española. Los vecinos se han organizado para resistir a la ferocidad del estadio, entre otras razones porque la agenda de conciertos y de partidos implica una hiperactividad que conmueve las condiciones de una vida aseada.

Carece de sentido que los límites al tráfico pesado y la protección medioambiental no operen en el corazón de la Castellana. Y que los grandes camiones puedan salir y entrar en la zona cero del Bernabéu cada vez que se anuncia un concierto estelar. Las multitudes que acuden a los espectáculos sacuden el barrio tanto como lo hacen las faenas de montaje y desmontaje, empezando por el ruido de los motores y de las sirenas.

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