El Ministerio de Salud de Perú ordenó el cese del uso de los términos “transexualismo” y “travestismo” en el capítulo de Trastornos Mentales y del Comportamiento de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE-10), y los reemplazó por discordia de género, tras la controversia generada por su inclusión en ese registro.
Una resolución ministerial publicada este martes en el diario oficial El Peruano precisó que los diagnósticos retirados del CIE-10 son el “transexualismo”, “travestismo de rol dual”, trastorno de la identidad de género en la niñez, otros trastornos de la identidad de género, trastorno de la identidad de género no especificado y orientación sexual egodistónica.
En tal sentido, el ministerio peruano dispone el uso de los diagnósticos de discordancia de género en la adolescencia o adultez, discordancia de género en la infancia, discordancia de género sin especificación y asesoramiento relacionado con el comportamiento y la orientación sexual o las relaciones sexuales de las personas, en un capítulo referido a los factores que influyen en el estado de salud y el contacto con los servicios de salud.
Los cambios aprobados por el ministro de Salud, César Vásquez, responden a los “avances en el conocimiento médico” y la implementación de “nuevas y diversas intervenciones sanitarias” en salud pública, a nivel nacional, tras la aparición de la enfermedad por coronavirus, ciertos tipos de cáncer, enfermedades mentales, entre otros.
La autoridad sanitaria recordó que la CIE-10 se mantiene vigente en Perú, en tanto se inicie la implementación progresiva de la CIE-11, como ocurre en otros países de la región, y que, de esta manera, “reafirma categóricamente el respeto a la dignidad de la persona humana y su libre accionar” en el marco de los derechos humanos.
En mayo pasado, otro decreto publicado por el ministerio de Salud incluyó el “transexualismo, el travestismo de rol dual y el trastorno de la identidad de género en la niñez” como enfermedades de salud mental en el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS).
“Haber incorporado a estas definiciones, que han sido totalmente proscritas en el campo de la salud y derechos humanos, acrecienta la desconfianza que ya hay en el Estado de respeto a las minorías sexuales y por tanto ha merecido el rechazo de la institución”, declaró a EFE la directora de la ONG Promsex, Susana Chávez.
En este sentido, Chávez ha indicado que están “absolutamente en contra” de esta clasificación porque no responde al compromiso que tiene el país de avanzar en las definiciones de la CIE-11 “que justamente aborda los temas de salud sexual y reproductiva fuera del campo de la patologización”.
“Además, abre las puertas a acciones o actividades que han sido totalmente prescritas como el asunto de las terapias de conversión”, añadió la activista al afirmar que desde su organización exigían al Estado que elimine este decreto.
EFE