Nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto: Con alegría y gozo acojo el encargo que el papa Francisco me confía

Nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto: Con alegría y gozo acojo el encargo que el papa Francisco me confía

 

Este viernes 28 de junio, el Papa Francisco nombró a monseñor Polito Rodríguez, actual obispo de la Diócesis de San Carlos, como nuevo arzobispo de Barquisimeto.





Corresponsalía lapatilla.com

La Arquidiócesis de Barquisimeto estuvo sede vacante desde el 25 de marzo de 2020 y solo contó con dos administradores apostólicos: monseñor Víctor Hugo Basabe y el actual monseñor Oswaldo Araque.

Tras conocerse el nombramiento, monseñor Polito Rodríguez a través de una carta dirigió un saludo muy especial a los sacerdotes de esta Arquidiócesis que han desgastado la vida anunciando el Evangelio de Jesucristo. “Les agradezco por la entrega y testimonio”, dijo.

“Con alegría y gozo acojo el encargo que su Santidad el Papa Francisco me confía de asumir la Iglesia que peregrina en la ciudad crepuscular de Venezuela. Ante todo, agradezco al Señor por todas sus bendiciones e invoco su ayuda para seguir siendo pastor, guía y acompañante de esta porción del pueblo de Dios”, expresó Monseñor Rodríguez.

De igual manera, mencionó que sabe que esta Arquidiócesis es fecunda y extensa, con muchas peculiaridades tanto en la ciudad, como en las zonas rurales. Es por ello que los animó a poner al servicio de esta viña, los dones y carismas que han recibido para que juntos construyan un mundo nuevo.

“No dejen de amar y cuidar la herencia que recibieron de los pastores que a través del servicio han dejado huella en esta Iglesia. Dios seguirá caminando con su pueblo como lo hizo con los discípulos de Emaús”, acotó.

Para monseñor Polito Rodríguez es urgente examinar el horizonte y descubrir lo que está al otro lado del muro, echando a un lado las apariencias, la superficialidad, las divisiones y los rencores. Por eso los invitó a actuar con conciencia crítica, siendo luz en la oscuridad sin dar permiso a la soledad.

“El Señor necesita vigilantes que se desvelen, que se dejen ver, que no se escondan, que no se desanimen, que sean humanos en medio de la humanidad. Dios nos capacitará y nos dará la fuerza para poder ir adelante, con voz de profeta, en contra de quienes usan la astucia para doblegar”, agregó.

Resaltó que hay muchas cosas que le interesan, como la familia, los valores, la justicia social, la paz, el respeto, la dignidad humana, la confianza en sí mismo, la coherencia, la solidaridad, la educación, la oración, la escucha y el ser hermanos.

La humanidad de la humanidad, como ha dicho el Papa, es algo que les tiene que preocupar. “Cuando las cosas son buenas, justas y verdaderas, la vida se orienta a la plenitud. No se trata nada más de hacer Iglesia, también es necesario ser y sentirse Iglesia. Me gustaría que juntos hagamos sinodalidad, a través del diálogo y la escucha, sin olvidar que “el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.

Finalmente, agradeció al Santo Padre la misión que le encomienda y envió su agradecimiento a los hermanos en el ministerio episcopal. “Gracias por acompañarme siempre con sus oraciones. A los sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y laicos que hacen vida en la Diócesis de San Carlos, Dios los bendiga siempre. Gracias por tanto. En este momento necesito de sus oraciones, solo no puedo. Que la mirada siempre alegre y maternal de La Divina Pastora de las almas, guie y sostenga en su regazo a esta Arquidiócesis y, en ella, a cada uno de nosotros”.