El caso Loan es tan complejo que hasta los propios protagonistas confunden los apellidos de los siete detenidos. De pronto, Ramírez pasa a ser Benítez o Caillava pasa a ser Millapi, por ejemplo. Algún periodista ha llegado a tirar un “Caillapi” al aire durante las maratónicas jornadas televisivas donde el show debe continuar.
Por Clarín
También pasa lo mismo con las edades y con los parentescos. Hasta los propios familiares del nene de 5 años, del que nada se sabe desde el 13 de junio, no pueden contestar con certeza a la simple pregunta de quién es hijo tal o cual o quiénes son sus tíos. Y los rumores señalan infidelidades y traiciones entre personas de la misma sangre.
Igual panorama se da con las hipótesis de lo que ocurrió tras el almuerzo en el paraje El Algarrobal, de 9 de julio, en la casa de la abuela Catalina Peña (86).
Si uno le hiciera caso a los comentarios en Corrientes, todo sería más confuso todavía. Por eso, la tarea de hacer equilibrio corresponde a quienes tienen que investigar qué pasó con Loan.
Se trata de la jueza federal Cristina Pozzer Penzo y el fiscal federal Mariano De Guzmán, junto a los de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), conducida por Marcelo Colombo y Alejandra Mángano.
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