A escasos 16 días para el proceso electoral presidencial del 28 de julio, nuestro mayor esfuerzo está puesto en la defensa del voto. No tenemos ninguna clase de dudas de que el candidato unitario, Edmundo González Urrutia, tiene votos más que suficientes para salir airoso por amplio margen sobre Nicolás Maduro, pero hay venezolanos que sienten incertidumbre, porque conocen muy bien de lo que es capaz de hacer el sistema para impedir que la expresión ciudadana de cambio sea respetada. En otras palabras, esperan cualquier mala jugada, pero la buena noticia es que cada día crece más el deseo de salir a votar y más todavía el de defender cada voto, con las herramientas que otorgan la constitución y la ley.
En mi condición de Coordinador Nacional del Programa de Organización Ciudadana para los 600K (POC-600K), me consta la determinación que tienen los electores para vencer cada obstáculo que se presente con la finalidad de torcer la voluntad popular. Lo más importante es que no estoy hablando de los activistas de los partidos políticos, cuyo esfuerzo en una unidad como nunca antes habíamos visto, se traduce en uno de los factores clave, tal como querían verlos los ciudadanos del país. Estamos hablando de algo muy poderoso como lo es la fuerza de la sociedad civil organizada. En nuestro programa convergen sectores gremiales, pensionados y jubilados, grupos vecinales y familiares, así como de diferentes tendencias religiosas, entre otros, que llenos de esperanza mostrarán con el ejercicio del voto su rechazo a la continuidad de un régimen, cuyas políticas han sido un total fracaso. Eso es lo que hemos visto en las calles y caminos de cada rincón del país, algo realmente desbordante ante la presencia del candidato y más aún cuando a su lado ha estado la líder de la oposición, María Corina Machado.
En los países realmente democráticos hablar de la defensa del voto, de solicitar garantías electorales, etc., no es probable, porque el nivel de transparencia es muy elevado, por lo que existe la seguridad de que aquel o aquella que gane el proceso de elección presidencial será el próximo mandatario de la nación. Lamentablemente. este no es el caso de Venezuela y eso lo saben los venezolanos, pero también conocen cada día más que existe un sólido grupo para la defensa del voto, entre los cuales se cuentan miles de abogados bien capacitados, expertos en la materia legal y electoral, y comprometidos con ser instrumentos del cambio político, que estarán desplegados en todo el territorio nacional, desde la instalación de los centros de votación, enfocados en el 28 de julio y los días posteriores. A ellos los hemos fortalecido a través del POC-600K.
Los profesionales del derecho y el resto de defensores del voto que estarán en primera fila en esa misión, como hemos dicho, están mental y espiritualmente preparados para la resolución de conflictos. Con un verbo de altura, sin ánimo de inflamar esos conflictos, expondrán sus razonamientos con comprobados argumentos legales. Aparte de defensores del voto, serán defensores de la paz, lo cual se logra con la justicia por delante.
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Expuesto lo anterior, es preciso señalar que en la medida que transcurren las horas y los días de cara al 28J, nos encontramos con el patrón de un proceso inédito en que la sociedad venezolana ha comprendido el reto que se le avecina. Por un lado, se encuentra el entusiasmo, la esperanza de la victoria en una lucha espiritual, como la ha llamado Maria Corina Machado. El pueblo está claro en que alcanzar el cambio político significa el reencuentro de los venezolanos, hacer realidad la seguridad social, la consolidación de un adecuado sistema de salud, el concretar una educación óptima, moderna, y por supuesto, recibir un salario digno y justo, para los trabajadores activos, así como para los maltratados sectores de los pensionados y jubilados. Sin olvidar la recuperación de los servicios públicos, cuyas carencias terminan de privar a los ciudadanos de la calidad de vida que merecen, la que irá de la mano del regreso de la institucionalidad y la democracia. Y por el otro lado, está la incertidumbre, producto de lo que pueda hacer el régimen. Los ciudadanos, sin embargo, no han dejado que esto los perturbe y con mucha entereza, pero sobre todo mucha sabiduría, se han colocado la armadura de la confianza en sus líderes, con la mira puesta en el 28 de julio, que es la meta.
Edmundo González Urrutia, ha hablado con la verdad, claro y respao. Ha indicado ir al día a día y así lo estamos llevando. No nos podemos acostumbrar a lo que es normal para ellos que es la utilización de los recursos del Estado a favor de su candidatura. Los recursos como tal no deciden, pero sí influyen en los procesos, pero prodríamos decir que al final del día provocan un efecto contraproducente para ellos mismos, pues en la población hace que crezca la organización, el empuje y el repunte de la energía. Eso lo hemos comprobado en algo muy poderoso, que se valora mucho, como es la importancia del contacto directo con la gente.
La esperanza de cambio es la fuerza movilizadora y podemos preguntarnos: ¿Es un voto de protesta? Y la respuesta no es otra que no, porque va mucho más allá de un voto de protesta, es el componente para reconstruir una Venezuela quebrada, una Venezuela fallida.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, hace pocos días ha indicado que en Venezuela se deben respetar los resultados electorales, sean cuales sean. Y el presidente colombiano, Gustavo Petro, camino a la ONU, propuso un acuerdo de paz parecido al que suscribió con la guerrilla y que se pueda realizar en Venezuela, por medio del cual sean respetadas todas las partes y se le garanticen los derechos, así como el resultado de la elección del 28J. A estas voces se unió la de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), pocas horas antes de redactar este artículo de opinión. La institución permanente de la Iglesia católica de todos los Arzobispos y Obispos, en función o retirados de Venezuela, emitió un importante pronunciamiento donde exhorta a las Fuerzas Armadas a respetar la voluntad popular y cuya misión es garantizar el orden y la paz, que son sus funciones en este proceso electoral civil. Y alertó sobre la necesidad de seguir superando las sombras de los profetas del desaliento.
Otro tema relevante es la encuesta de Meganálisis, que indica que el 82,4% de los ciudadanos confía en que la soberanía popular decidirá el resultado del 28 de julio y que el 83,3% de los encuestados no confía en el Consejo Nacional Electoral. Eso es muy poderoso, porque revela que el ejercicio de la ciudadanía es la que está ejerciendo las presiones ante los Poderes Públicos, con un nivel de participación del 82.4%. En este punto, cabe resaltar que el estudio de opinión de una encuestadora seria como Meganálisis indica que la intención de voto por Edmundo González es seis veces mayor a la de Maduro, una diferencia abismal e insalvable, cuando faltan, como dije al inicio,16 días para el proceso electoral presidencial del 28 de julio.
Razones para tener optimismo hay de sobra, pero igual estaremos muy alertas a todo día a día, como señaló nuestro candidato, Edmundo González Urrutia.
Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.