De una entrevista al historiador Jorge Olavarría en el año 2002:
P: ¿Existe la posibilidad de que en Venezuela se repita un acontecimiento parecido o similar (al 11 de abril de 2002), que haya una reacción sobre todo de las FFAA? ¿Hay el peligro de un nuevo golpe de Estado en Venezuela?
R: “Yo no creo que existe la posibilidad, yo creo que eso es inevitable.
P: ¿Por qué cree usted?
R: Porque la manera como las piezas han caído después del primer terremoto, te indican que va a haber un segundo terremoto. Es decir es casi imposible pensar que con la exacerbación de ánimo, que con las maniobritas que se están haciendo por parte del gobierno para diluir en unas comisiones que no van a encontrar la verdad, o que van a buscar un diálogo con una serie de infinitos discursos, donde todo el mundo lo que vamos a hacer es aturdirnos más de lo que estamos, con todo lo que está pasando, va a producir tal exasperación en el país, que eso va a llevar inevitablemente a una nueva situación de confrontación dentro de las FFAA que espero que no se dé, pero que no veo posible que se pueda evitar” (ver Olavarría y el 11 de abril, Pastillas de Memoria, Entrevista de José Israel González a Jorge Olavarría, Programa Historia Viva, en https://youtu.be/68JadxKJMzQ?
¿Por qué considero importante traer a la memoria esta opinión del historiador Jorge Olavarría, en especial cuando en esta misma entrevista Olavarría indicaba que lo ocurrido el 11 de abril de 2002 fue una rebelión popular? (ver Rebelión cívico-electoral, en https://ticsddhh.blogspot.com/
Con esto en mente, y sin ser adivino de terremotos políticos, eso es lo que muchos estamos visualizando en Venezuela para el 28 y 29 de julio, si el régimen insiste en desconocer la realidad política del país expresada en una campaña electoral histórica, donde el pueblo ha manifestado de manera contundente y a los ojos de todo el mundo, la necesidad de un cambio político en Venezuela. Pero el régimen insiste mirar para otro lado, profundizando la persecución, el fraude electoral y la violación de los Derechos Humanos.
Los únicos capaces de ser los fieles de la balanza de la controversia histórica que se presentará cuando el régimen en la madrugada del 29 de julio proclame a Nicolás Maduro Moros “vencedor” en las elecciones presidenciales, serán las FFAA. Pero la única manera de convencer a los militares y al mundo, pero en especial a los venezolanos que no creeremos ese resultado, será que todas y cada una de las urnas electorales, contentivas de la realidad que expresó y constató con sus propios sentidos en una boleta electoral, el pueblo venezolano el día de la elección, sean abiertas y contadas, en cada centro del país, por todos los interesados y el pueblo venezolano, “papelito por papelito”, como lo expresó para que todo el mundo lo entendiera, María Corina Machado (MCM) al decir “Vamos por la formalización de esa derrota, contando papelito por papelito!” (ver @mariacorinaya en X, antes Twitter, en https://x.com/MariaCorinaYA/
“Papelito por papelito” no es una expresión cualquiera. El pueblo no se movilizará ante un anuncio del régimen proclamando ganador a Maduro -cosa que muy posiblemente ocurra- sin una línea de qué hacer proveniente del liderazgo político. Y esta línea indudablemente no debe ser otra que NO ACEPTAR EL RESULTADO HASTA QUE SE ESCRUTEN TODAS LAS URNAS PAPELITO POR PAPELITO. Una vez hecha esa afirmación por MCM y en especial Edmundo González Urrutia como candidato, la gente se debe colocar pacíficamente a la entrada de todos los centros EXIGIENDO PRECISAMENTE ESO. Esto es lo que llamé en una nota pasada REBELIÓN CIVICO-ELECTORAL, que plantearía exigir que la Soberanía Popular que reside intransferiblemente en el pueblo venezolano, como dispone Artículo 5 Constitucional, se imponga sobre una ley y un reglamento electoral inconstitucionales.
Nadie está planteando aquí violencia en los centros, sino que todos los venezolanos nos plantemos hasta que se respete la Constitución, especialmente los militares. Eso mismo fue lo que sucedió el 11 de abril de 2002, cuando masivamente los venezolanos exigimos a viva voz, en una marcha histórica, la renuncia del Presidente de la República, como nuestro derecho plenamente constitucional.
Si el régimen no acepta la realidad de cambio de los venezolanos, esa rebelión cívico-electoral llevará “inevitablemente a una nueva situación de confrontación dentro de las FFAA”, de acuerdo al vaticinio realizado por Jorge Olavarría en el año 2002, porque ellos están perfectamente conscientes, como lo estamos el resto de los venezolanos, que esta situación inaguantable con el régimen tiene que terminar, y todos esperamos que sea de una manera pacífica y electoral. Y a diferencia de Olavarría creo que esa confrontación se puede evitar si los militares apoyan esta solución que deja sin lugar a dudas expuesto el resultado real para todo el mundo y donde todos estamos involucrados.
La única manera de preservar la paz y la armonía entre los venezolanos es que absolutamente todos los votos de todas las mesas se cuenten a los ojos de todo el mundo, los testigos y el pueblo venezolano. Estamos viviendo la consecuencia de haber ignorado ese principio fundamental de la democracia: no existirá la paz en un pueblo hasta que se demuestra, a la vista de todos, la decisión de la mayoría. Y un sistema electoral automatizado, arreglado y distorsionado desde hace 20 años, que esconde parte de los votos detrás de unas máquinas, nunca será capaz de asegurarle eso a un pueblo. Los venezolanos vamos a tener que aprenderlo por las malas si no atendemos ese principio y cambiamos de una vez por todas la manera de contar nuestros votos.
Caracas, 11 de Julio de 2024
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