Julio Castellanos: El Comando Unitario Agroalimentario y su propuesta para resolver la Crisis Humanitaria

Julio Castellanos: El Comando Unitario Agroalimentario y su propuesta para resolver la Crisis Humanitaria

Esta semana el Comando Unitario Agroalimentario, un equipo que reúne productores, trabajadores y técnicos agrícolas que apoyan la candidatura de Edmundo González Urrutia, dió una rueda de prensa en Caracas a efectos de explicar sus planteamientos para enfrentar la crisis humanitaria compleja. En palabras de sus voceros, “no es viable un negocio próspero en medio de una sociedad hambrienta”. Ese mensaje me parece muy potente.

La sociedad venezolana atraviesa una crisis sin precedentes, sus servicios públicos colapsaron, el salario dejó de existir, más de 7 millones de personas tuvieron que huir de su país para sobrevivir y encontrar mejores oportunidades. Esos son hechos y están ampliamente documentados. Ahora bien, según el Comando Unitario Agroalimentario, la clave está en restituir la productividad del campo. ¿Cómo hacerlo?

Los líderes agraristas coinciden en que es clave que un nuevo gobierno, electo democráticamente y reconocido nacional e internacionalmente, pueda acceder a la banca multilateral y conseguir financiamiento para invertir directamente en la reactivación de ejes agrícolas. No solo invertir en semillas, en tecnificación e insumos sino también, y fundamentalmente, para restituir la prestación de servicios educativos y sanitarios para la población rural. Insisten en que el modelo de negocios que deberá existir es uno donde coincida la rentabilidad, la competitividad y la responsabilidad social empresarial. No podría estar más de acuerdo con ellos.





Me parece muy interesante que sean precisamente los agraristas los que se permitan ser más audaces frente al desafiante contexto que enfrentará el gobierno nacido tras las elecciones del próximo 28 de Julio. No hay futuro en el statu quo, hay que transformar nuestro país y hacerlo implica acceder al financiamiento internacional que viene amarrado a la confianza y la institucionalidad democrática, hay que hacerlo pensando primero en la gente, en el hombre y la mujer del campo. Es claro que debemos reinstituir el valor de la propiedad privada y los derechos económicos, pero eso debe hacerse bajo la vocación de lograr una sociedad donde nadie se quede atrás, una sociedad que pueda medir su desarrollo tanto en los indicadores macroeconómicos como en los índices de alfabetización, vacunación, seguridad personal y movilidad social.

Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica