A Donald Trumple salvó la vida la mala puntería de su tirador. En las últimas horas, el FBI ha revelado que Thomas Matthew Crooks, el joven de 20 años que apretó ocho veces el gatillo de un fusil de asalto AR-15 con la esperanza de asesinar el candidato republicano, era conocido por sus compañeros de una escuela de tiros por nunca darle al blanco.
Por La Razón
En sus años de secundaria trató de ingresar al equipo de tiro de la institución, pero fue rechazado luego de que en su prueba de ingreso disparó con un fusil de pequeño calibre desde una distancia de solo 15 metros, y aun así no acertó en una sola meta.
El pasado 13 de julio para fortuna de la estabilidad política estadounidense, la suerte de Crooks no fue mejor. A pesar de haber logrado ubicarse misteriosamente a solo 150 metros del expresidente, la bala no impacto el cráneo de Trump como parece que se tenía planeado. Un leve giro del republicano en el último momento hizo que el disparo solo rozara su oído, dejando para la historia la imagen del político ensangrentado.
Eran las 6:03 p.m. hora local en Butler, Pensilvania cuando Trump subió al escenario al ritmo de la canción “God Bless the USA”, un himno que desde hace años musicaliza su figura en eventos públicos.
Las altas temperaturas del verano acariciaban de frente al republicano que usaba una gorra de campaña para cubrirse del calor. Exactamente ocho minutos después, a las 6:11 p.m., y cuando Trump gira su cabeza para revisar cifras sobre inmigración irregular en medio de su discurso, los disparos comienzan a oírse.
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