Un forense dictaminó oficialmente que la muerte de Sonya Massey, la madre de dos hijos de Illinois que recibió un disparo en su propia casa por parte de un agente del sheriff, fue un homicidio.
Por New York Post
Massey, de 36 años, murió el 6 de julio por una herida de bala en la cabeza, justo debajo del ojo izquierdo, aseguró el forense del condado de Sangamon, Jim Allmon, en los resultados completos publicados el viernes.
Massey también tenía “heridas leves por objeto contundente” en su pierna derecha, según el informe.
Massey, que era negra, llamó al 911 para denunciar a un presunto ladrón cerca de su casa en Springfield, a unas 200 millas al suroeste de Chicago.
Las imágenes de la cámara corporal publicadas a principios de esta semana mostraron los horribles momentos en que Massey se encontró cara a cara con el ayudante del sheriff Sean Grayson, un hombre blanco, quien le gritó que dejara una olla de agua caliente y amenazó con dispararle.
“Será mejor que no lo hagas. Te juro por Dios que te dispararé en la cara”.
Massey se disculpó, luego se agachó brevemente y Grayson disparó su pistola en su dirección.
Lea más en New York Post