Omar González Moreno: Los peligros del poder

Omar González Moreno: Los peligros del poder

La historia está repleta de ejemplos en los que la avaricia de poder ha resultado en tragedias, tanto para el que ejerce el poder como para aquellos que lo sufren.

Ese es el caso de Nicolás Maduro, quien por aferrarse al poder, comete tantos abusos que no es difícil predecir su autodestrucción y la de sus colaboradores de continuar por el camino de la represión.

En efecto, el poder ha sido un tema recurrente en la historia de la humanidad.





Desde las antiguas civilizaciones hasta la actualidad, el poder ha motivado acciones y decisiones que han moldeado el curso de los acontecimientos.

En este caso, el anhelo de control y dominación se transforma en un objetivo peligroso, ya que el poder tiene la capacidad de volverse en contra de quien lo ejerce, incluso llegar a destruirlo.

El poder puede definirse como la capacidad de influir o pretender controlar el comportamiento de personas y grupos.

Si bien puede ser una herramienta para lograr el bien y promover cambios positivos, también tiene un lado oscuro que puede llevar a la corrupción, el abuso y, en última instancia, a la autodestrucción, como sucede en Venezuela en los actuales momentos.

Esta dualidad es fundamental para comprender por qué el poder es un objetivo tan peligroso.

El famoso dicho “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, del historiador británico Lord Acton, resuena fuertemente en los oidos de los venezolanos.

Cuando una persona o un grupo adquiere un nivel significativo de poder, tal como pasa con Maduro y su entorno, comienzan a ver el mundo a través de un prisma distorsionado.

Creen que la gente es tonta y no se percata qué mientras el pueblo come basura y tiene que ir a destartalados hospitales y centros educativos; los jerarcas del regimen y sus familiares exhiben obscenas fortunas robadas, sus hijos van a las mejores escuelas del mundo y cuando se enferman ni locos acuden a un CDI u hospital público, sino que van a las mejores clínicas dentro o fuera del país.

El ciudadano entiende que las decisiones se toman no en función del bienestar común, sino de intereses personales o de grupo, lo que ha derivado en prácticas deshonestas, injustas y opresivas.

Cabe resaltar que esto no solo afecta a los que están bajo control, sino que también puede llevar al autodesprecio y al aislamiento en un palacio, como el de Miraflores, para no ver lo que realmente sucede en la nación.

En definitiva, el poder ejercido de esa manera, indefectiblemente termina por generar una fuerte resistencia social.

Los que se encuentran oprimidos por un régimen autoritario como el de Maduro y su pandilla, finalmente terminan por levantarse y buscar recuperar su libertad.

Este fenómeno es precisamente el que se observa alrededor del movimiento libertador que encabeza María Corina Machado, donde aquellos que fueron subyugados por Maduro y su camarilla, usan su fuerza, su voz y su Voto, para desafiar ese poder.

Es frecuente que quienes ejercen ese tipo de poder subestimen la capacidad de resistencia de aquellos a quienes dominan, lo que puede llevar a un ciclo de violencia y destrucción.

Además de la resistencia externa, existe un efecto interno; el poder puede consumir a quienes lo detentan.

La búsqueda incesante de control puede llevar a un vacío existencial, desconfianza y paranoia, similar al que padece Maduro

Se ha documentado que muchos líderes, cuando sienten que su poder es amenazado, pueden llegar a caer en comportamientos destructivos, dañando no solo a su entorno, sino también a su propia salud mental y emocional.

Afortudamente hoy, 28 de julio, el pueblo venezolano tiene la posibilidad de usar la herramienta sin violencia más poderosa que existe, el Voto, y debemos usarla sin miedo para salir de este desastre.

¡Tengo la certeza que así será!