La resistencia de Nicolás Maduro para no difundir los resultados de las elecciones en Venezuela, denunciadas por buena parte del mundo como fraudulentas, copa estos días los portales de los medios de Estados Unidos. Y en plena campaña electoral, donde Kamala Harris y Donald Trump compiten en una dramática carrera, ya comienzan los cruces y acusaciones sobre el rol del país en la crisis venezolana. “La política exterior de EE.UU. está en manos de payasos”, denuncian los republicanos.
Por Clarín
El senador Marco Rubio, que suena como canciller de un eventual futuro gobierno de Trump, acusó al gobierno de Joe Biden por el cambio de política que tuvo respecto de la administración previa del republicano, que ejercía dura presión sobre el régimen.
En 2019, Trump rompió relaciones e impuso al país caribeño una batería de sanciones -incluido un embargo al petróleo y al gas- para intentar provocar la caída de Maduro tras las elecciones de 2018, consideradas fraudulentas. Pero no lo logró.
Biden optó por una política más aperturista y reanudó el diálogo con Caracas, lo cual permitió sentar las bases para las elecciones de este domingo que resultaron viciadas de fraude. Llegó incluso a levantar parcialmente algunas sanciones, que restableció al ver que el gobierno de Maduro incumplía la hoja de ruta electoral y detenía a opositores.
Incertidumbre
Ahora se abre una enorme incertidumbre mientras Maduro se aferra al poder.
“Otro fiasco de política exterior del equipo Biden-Harris”, tuiteó Rubio, incluyendo el apellido de la vicepresidenta y hoy candidata.
“Aliviaron a Maduro las sanciones petroleras que aplicó Trump y dejaron en libertad al mayor lavador de dinero (por Alex Saab) y sus dos sobrinos convictos traficantes de drogas a cambio de la promesa de elecciones justas y monitoreadas por observadores internacionales neutrales. Luego Maduro hizo exactamente lo que yo advertí que haría, tomar los beneficios, prohibir los observadores el ingreso a Venezuela y llevar a cabo elecciones descaradamente falsas. La política exterior de EE.UU. está en manos de payasos”.
Debbie Mucarsel-Powell, ex representante demócrata que ahora compite por ser senadora le respondió: “La elección (en Venezuela) sucedió porque la oposición trabajó para estar allí bajo este gobierno (el de Biden) y estás insultando el increíble coraje de los venezolanos. No utilices este momento frágil y peligroso para tus políticas baratas. Estados Unidos debe estar firme y unido en forma bipartidista para apoyar a la gente en estos momentos. Tu tuit no hace otra cosa que ayudar a Maduro. ¡BASTA!”
El problema del éxodo de venezolana
Expertos consultados por Clarín coindicen en que hay temas internacionales más preponderantes para los estadounidenses como la guerra en Ucrania y en Gaza y también la influencia china. Sin embargo, resaltan que Venezuela puede aún así tener un impacto en la campaña electoral.
Del enorme flujo de venezolanos al exterior, se estima que hay al menos un millón en Estados Unidos. Pero también se cuentan unos 5,7 millones en América Central y el Caribe, muchos de ellos buscan llegar hasta el país del norte para recibir asilo.
“La situación tan compleja y grave en Venezuela podría representar un ejemplo para alimentar narrativas de ambos candidatos”, señala Michael Shifter, miembro senior del Inter American Dialogue y profesor de la Universidad de Georgetown.
“Si Maduro persiste en el poder, se espera que la campaña de Trump ataque a Harris por ser débil e ingenua ante un hombre fuerte como Maduro. En cambio, si hay un desenlace más positivo — si la crisis en Venezuela resulta en negociación política con miras a una transición democrática — podría beneficiar a Harris”, agrega.
“En ese escenario, Kamala podría criticar la fracasada política de Trump de “máxima presión” y amenazas de uso de la fuerza y destacar los méritos de un enfoque diplomático”, señala.
Shifter no cree que EE.UU. aumente las sanciones a Venezuela. “Solamente agravaría la crisis humanitaria y alimentaría una nueva ola de inmigrantes”, lo que complicaría a la Casa Blanca.
Lea más en Clarín