“Gracias por meterme en una película de mierda”, fueron las palabras que pronunció Halle Berry contra Warner Bros en 2004, al subir al escenario de los Premios Razzie para recoger su trofeo a Peor actriz por Gatúbela (Catwoman). Y mientras con la mano derecha recibía el peor reconocimiento que la industria cinematográfica puede otorgar, con la izquierda se aferraba al premio Oscar que obtuvo en 2002 por El baile del monstruo.
Por Infobae
Antes de su más grande fracaso fílmico, Berry había pasado de ser una joven aspirante a actriz que se alojaba en hogares para personas sin refugio, a convertirse en la primer mujer negra en alzar un premio de la Academia como Mejor actriz.
Considerada un estrella de cine, en 2001 cautivó con una escena en topless para la película Swordfish que protagonizó junto a John Travolta. Además, interpretó a la mutante Tormenta en las populares películas de X-men y fue una de las chicas Bond en Otro día para morir (2002) con Pierce Brosnan.
En aquellos años, Berry era sin lugar a dudas una de las mujeres más sensuales de Hollywood. Pero lo que la diferenciaba de otras “bombas sexys” de la industria, era que su talento como actriz era incuestionable. Su rol como Jinx en la película del 007, gustó tanto al público que hubo planes para realizar una secuela centrada en su personaje, pero las negociaciones fracasaron cuando MGM se negó a financiar el proyecto de USD 80 millones de dólares, porque “no estaban seguros de invertir en una estrella de acción negra”, según reveló a Variety.
Berry no pudo superar que la oportunidad de que “una mujer de color sea una superheroína” se haya perdido con la cancelación del spin-off, por lo que cuando recibió la propuesta de Gatúbela, su intuición la motivó a aceptar el protagónico. “La gente me decía: ‘No puedes hacer eso. Acabas de ganar el Oscar’, pero como no hice Jinx, pensé que era una gran oportunidad, ¿por qué no intentarlo?”.
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